Este lunes 23 de junio a las 12:00 horas ha tenido lugar en Melilla la misa funeral por Ángel Castro Maestro, director del Centro Asociado de la UNED en la ciudad autónoma y una de las figuras más relevantes del ámbito académico y cultural melillense. La ceremonia se ha celebrado en la iglesia del Sagrado Corazón y ha congregado a cientos de ciudadanos.
Entre ellas el presidente del Gobierno, Juan José Imbroda y los consejeros Fadela Mohatar, Daniel Ventura o Bonnemaison, entre otros, así como representantes de todas las formaciones políticas con presencia en la Asamblea de Melilla. También han acudido representantes del ámbito militar, miembros de la comunidad educativa, personal de la UNED y figuras del mundo cultural.
Además, en representación de ‘Editores del Estrecho’, ha asistido Salomón Serfaty Bittan, administrador único, en muestra de reconocimiento a la figura del profesor y su contribución al pensamiento melillense.
Castro, fallecido el pasado sábado a los 69 años, desarrolló una intensa trayectoria como docente, gestor cultural y promotor del pensamiento crítico en Melilla. Además de su labor en la UNED, fue durante décadas profesor en el colegio La Salle El Carmen, lugar en el que dejó una enorme huella entre generaciones de alumnos y profesores. También fue autor de diversos libros y organizador de iniciativas como los cursos de verano o las jornadas de jazz, que dieron proyección nacional a la vida intelectual melillense.
Durante la celebración religiosa, oficiada por el vicario episcopal de Melilla, Eduardo Resa, se ha hecho hincapié en el compromiso vital de Castro con la educación y la cultura. Junto al féretro se encontraban la imagen de la Virgen de la Soledad y el estandarte de la hermandad homónima, de la que fue miembro activo, así como el del colegio La Salle, en señal de reconocimiento a su legado docente.
“En este momento triste y doloroso, nuestra fe, aunque sea en un resquicio, nos conforta y nos asegura que Cristo vive eternamente y que el amor que él nos tiene es más fuerte que la misma muerte, por ello nuestra esperanza no debe vacilar”, ha afirmado Resa, antes de pedirle a Dios que reciba a Ángel en “esa patria definitiva donde no hay llanto, ni luto, ni dolor”.
El sacerdote ha aludido también a la conmoción que produjo la noticia del fallecimiento, el pasado sábado por la tarde, en plena celebración de fin de curso en el colegio La Salle. “La noticia se propagó como la pólvora. La víspera del Corpus Christi quedó teñida de sentimientos encontrados”. Desde aquel momento, confesó Resa, “cada misa celebrada en esas horas llevó su nombre en una petición espontánea”.
La iglesia se ha llenado por completo y decenas de personas han permanecido de pie o fuera del templo, siguiendo la ceremonia desde la puerta. A pesar de la solemnidad del acto, los accesos se han visto condicionados por un fuerte atasco en la Avenida Juan Carlos I, debido a las obras que actualmente se realizan en Plaza de España. El cortejo fúnebre ha sufrido un retraso de varios minutos, lo que no ha impedido que el acto transcurriera con dignidad y recogimiento.
Durante la homilía, Eduardo Resa, ha hecho referencia a la trayectoria de Ángel Castro y ha reconocido que, “su vida nos parece corta, pero las canas del hombre no se miden por los años, sino por una vida honrada y llena de justicia. Podemos decir, que las canas de este hombre eran así”. Ha hablado de él como un hombre entregado, “con su verbo locuaz, presentando libros, ilustrándonos”, y ha señalado que “todos hemos querido, al menos, aliviar el sufrimiento de una pérdida, aunque muchas veces nos quedamos cortos. Pero sí podemos acompañar. Eso siempre está en nuestras manos”.
La ciudad de Melilla despide así a uno de sus referentes más relevantes del ámbito académico y cultural. La pérdida de Ángel Castro Maestro deja un vacío difícil de llenar, pero su legado perdurará en el recuerdo de quienes compartieron con él el compromiso por una educación de calidad, el amor por la historia y la pasión por la vida intelectual.