Melilla se convertirá en el epicentro de la lucha contra la suplantación de identidad en el sector del juego online. La Policía Nacional, a través de su departamento especializado en prevención de fraude en el juego, organizará próximamente unas jornadas técnicas presenciales en la ciudad autónoma para abordar esta problemática que afecta cada vez más a los ciudadanos españoles.
Según ha explicado en declaraciones a El Faro, Jesús Martínez, director general de Innovación y Tecnología de Melilla, estas jornadas surgen de la necesidad de aclarar el protocolo de suplantación de identidad creado conjuntamente por la Policía Nacional, la Agencia Tributaria, la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) y los operadores del sector. “Según me transmitían, no había quedado todo suficientemente claro.
Hay muchas dudas y muchas cosas y el operador, la casa de apuestas, digamos, tenía dudas sobre qué hacer, qué no hacer”, ha señalado Martínez, quien destaca que anteriormente los afectados “estaban como mucho más perdidos” cuando detectaban irregularidades en sus declaraciones fiscales. La suplantación de identidad en el juego online se está detectando principalmente a través de los datos fiscales.
Los operadores están ahora obligados a comunicar a Hacienda las ganancias de los jugadores, información que aparece en los datos fiscales que reciben los ciudadanos entre marzo y abril del año siguiente. "Has ganado 1.500 euros y resulta que tú no has jugado nunca", explica Martínez sobre cómo muchos ciudadanos descubren que han sido víctimas de suplantación.
Antes de la implementación del protocolo, estas personas "se iban a la policía, denunciaban, pero se lo cogía un policía que no sabía y hasta que se daba con el problema". La elección de Melilla como sede de estas jornadas no es casual. La ciudad autónoma cuenta con importantes ventajas fiscales que la convierten en un territorio atractivo para los operadores de juego online, similar a Malta, Gibraltar o Ceuta. "Por nuestras peculiaridades fiscales, el territorio es muy adecuado para que haya operadores de juego online", ha destacado Martínez, quien señala que en Melilla "vais a pagar la mitad de los impuestos que pagáis en nuestro sitio".
Actualmente, 16 operadores tienen sede en Melilla, de los aproximadamente 70 que operan legalmente en España, generando alrededor de 400 empleos que representan cerca del 20% del PIB local. El director de Innovación y Tecnología ha puesto especial énfasis en el papel de la inteligencia artificial y la biometría como herramientas fundamentales para combatir la suplantación de identidad. Estricta regulación Los operadores, sometidos a multas millonarias por parte de la DGOJ, "son los primeros que no quieren que se les cuele ninguno" y están implementando tecnologías avanzadas de verificación biométrica y sistemas de inteligencia artificial para detectar patrones fraudulentos.
El problema, según el responsable melillense, está en el juego ilegal que opera desde jurisdicciones como Curazao o San Javier, "donde no se controla nada. No se controla ni la edad, ni las cuentas bancarias que no haya blanqueo, ni los prohibidos, ni los límites". La Dirección General de Innovación y Tecnología de Melilla está desarrollando programas formativos específicos para capacitar a profesionales en la detección y prevención del fraude digital.
Entre las iniciativas destacadas se encuentra un proyecto con el Ministerio de Defensa para formar a militares de entre 35 y 45 años en estas competencias antes de su salida del ejército. "Una de las partes fundamentales es juego responsable y fraude digital, porque es lo que más demandan los operadores", ha señalado Martínez, quien destaca que se trata de un sector "muy tecnológico" donde trabajan desarrolladores de software, ingenieros informáticos y especialistas en ciberseguridad.
Futuro del sector Estas jornadas representan un paso importante en la coordinación entre todas las instituciones implicadas para hacer más eficaz la lucha contra la suplantación de identidad en el juego online, un problema que, según Martínez, "no es que haya ido hacia arriba, todo lo contrario", sino que ahora "se detecta más porque antes no salía a la luz".
Melilla se convierte así en símbolo de alerta, pero también de avance. Frente a un delito que muta con la tecnología, la respuesta no puede ser estática. Necesita alianzas público-privadas, coordinación institucional y, sobre todo, voluntad política. No basta con detectar el fraude. Hay que anticiparse. Y en esa tarea, la ciudad autónoma tiene la oportunidad —y el deber— de liderar con visión.








