El fin de semana de Halloween se terminó convirtiendo en un auténtico caos en esta ciudad, donde se llegaron a contabilizar hasta 74 incidencias. Y eso que estamos hablando de un territorio de poco más de 12 kilómetros cuadrado. Es inaudito que, aún reforzándose los servicios de la Policía Local, no se haya producido ni una sola detención, a pesar de que, como admite el propio consejero de Seguridad Ciudadana, José Ronda, fue un fin de semana complicado.
¿Cómo es posible la quema de 29 contenedores de basuras (hay que recordar que cuestan a los melillenses 3.000 euros cada uno) sin que los agentes localizaran ni a uno de los pirómanos? ¿De qué manera tendrán los ciudadanos que protegerse ante semejante avalancha de altercados cuando desde la tarde del viernes ya estaban avisando en las redes sociales de cómo estos sujetos pateaban sus puertas, poniendo negro sobre blanco la zona donde se estaba produciendo el acto vandálico?
El melillense asiste atónito a un espectáculo de semejante cariz. Si se estaba hablando en Facebook dando todo lujo de detalles de lugar, hora y acción concreta de los energúmenos, ¿por qué no acudieron los efectivos policiales a poner algo de orden? ¿De qué manera se puede justificar lo que ha pasado en ese "intenso" fin de semana, en el que incluso los bomberos se tuvieron que emplear a fondo por los numerosos incendios provocados en los contenedores?
Dice Ronda que, al parecer, buena parte de esos vándalos son menores y que se está investigando por si pudieran haber sido instigados por adultos para llevar a cabo sus tropelías. Sean o no menores, lo que ha ocurrido no se puede permitir de ninguna de las maneras. Que paguen sus padres de sus bolsillos los destrozos, que esos jovencitos aprendices de delincuentes tengan un susto serio y los mayores de edad sean sometidos a juicio y carguen con la sentencia que les corresponda.
Melilla no se puede ni debe permitir semejante barrabasada por el simple hecho de que se festeje Halloween. O esto se para en seco y se dan castigos ejemplares, o ya podemos prepararnos para lo que nos espera de cara a la Navidad.








