La Semana Santa en Melilla no solo se vive en la calle y en las iglesias, sino también en las confiterías, donde uno de los dulces más tradicionales ha vuelto a ser protagonista: la torrija. A pesar de que durante el Domingo de Pascua, el gran protagonismo se lo lleva la procesión del Resucitad y la Virgen del Rocío, algunos establecimientos han abierto, seguramente para ultimar las últimas ventas de estos manjares tan demandados durante la semana grande que ya ha culminado.
Dos establecimientos de la ciudad, La Gurugú y la Montemar, han confirmado el buen ritmo de ventas durante estas fechas. Desde la Confitería y Panadería Gurugú afirman estar muy satisfechos con las ventas. Este local, ubicado en el centro de la ciudad y conocido por sus más de 100 años de historia, y por sus empanadillas, ha tenido una buena demanda de torrijas durante la Semana Santa.
Su responsable, Francisco Jesús Acuña, comenta a El Faro que han estado elaborando torrijas durante tres semanas consecutivas, aunque admite que en años anteriores han comenzado a cocinarlas antes, pero este 2025 “no han tenido tiempo”. Aunque el volumen diario ronda la docena o docena y media, en días señalados como el Viernes de Dolores llegaron a preparar hasta 60 unidades. “No nos podemos quejar”, asegura, al tiempo que destaca otros productos de la temporada como las Monas y las Cristinas, dulces también muy demandados en esta época.
Por su parte, Amar Hamida, gerente de La Confitería Montemar, destaca cifras mucho más elevadas. “Vendemos unas 300 torrijas diarias, incluso 400 en días punteros como el Sábado Santo o el Domingo de Resurrección”, afirma. La elaboración comienza con una semana de antelación, para llegar con tiempo a la demanda creciente conforme se acercan los días grandes.
La tradición repostera, unida a la fidelidad de los melillenses a estos sabores clásicos, demuestra que la Semana Santa también se celebra a través del paladar. La torrija, con su mezcla de sencillez y sabor, sigue consolidándose como un símbolo gastronómico que no falta en los hogares ni en los escaparates de las pastelerías de Melilla.
La multiculturalidad en la gastronomía
Si hay algo de lo que se puede presumir en Melilla es de su multiculturalidad, también mostrada en la gastronomía. Así como se puede ver en los bares y restaurantes platos de origen marroquí junto a platos típicos españoles (especialmente andaluces), las confiterías y panaderías no se quedan atrás. En el escaparate de varias confiterías se ha podido apreciar la presencia de torrijas durante estos días (no se venden durante el resto del año) junto a otros platos típicos de esta zona del Norte de África como las pastelas, o las chebakía, una imagen poco común si salimos de la ciudad.
Receta sencilla
La torrija, de sabor inconfundible, se prepara con rebanadas de pan empapadas en leche aromatizada con canela y limón, rebozadas en huevo, fritas en aceite y finalmente espolvoreadas con azúcar o bañadas en miel.