Ni la posible guerra que se puede entablar entre la India y Pakistán, ni la crisis arancelaria con China suscitan en estos últimos días el interés que está haciendo el posible final de la guerra en Ucrania, gracias a la presión que Estados Unidos está ejerciendo sobre los gobiernos de ruso y ucraniano.
Muchas personas culpan a Trump de ser un colaborador de Rusia, ya que sus condiciones le son más favorables a Rusia que a Ucrania.
En mi opinión, esto es lo normal y debe de ser así, ya que Trump envió a un militar muy experimentado que forma parte del su consejo de Gobierno y también de su confianza, el señor Keith Kellogg para que le hiciera un informe antes de tomar el cargo de presidente de los Estados Unidos y así poder hablar y ofrecer a Putin y Zelensky algo razonable. Pero si bien Trump creía que el curso de la guerra iba prácticamente en tablas; cosa que habría sido fácil de solucionar, Keith Kellogg, después de hablar con unos y con otros y de ver la situación, se dio cuenta de que Ucrania había perdido la guerra de forma irreversible. El ejército ruso llevó a las fuerzas ucranianas cerca de sus fronteras, para con un coste mínimo, tanto de hombres como de material, eliminarlas poco a poco, avanzando entre cinco y diez kilómetros cuadrados de terreno sólo con la pretensión de mantener la moral del ejército ruso.
Ahora Donalt Trump se ve el la tesitura no de negociar un tratado de Paz, sino una capitulación respetable para Ucrania.
La Unión Europea cree en la victoria ucraniana todavía;¡menuda ilusión! Pero sabe que no puede negociar una paz en la que no cree y tampoco puede aportar a Ucrania una ayuda para revertir la dirección de la guerra con Rusia por sí sola.
Ahora sólo a los EE.UU. les queda retirarse del conflicto ante la pobre dirección política ucraniana y retirarle el material y la inteligencia satelital a Ucrania el dos o el tres de Mayo para que Rusia comience la aglutinación de tropas en el Sur de Zaporiya. Si bien los ucranianos hicieron la gran ofensiva en Junio de 2023, en dicha Región, eso es lo que considero que harán los rusos en Junio de 2025. Supongo que llegarán hasta el Sur de Donets, hasta el Oeste de Povkrovk, donde el ejército ruso está a cuatro kilómetros con la frontera de Denipro y cogerán lo que les queda de Zaporiya y Jersón antes de que empiecen las lluvias otoñales. Una Ucrania sin reservas humanas y muy tocada moralmente por las grandes pérdidas podría enfrentarse a un ejército de medio millón de hombres, que de ir las cosas bien, después de rechazar la paz ofrecida por Estados Unidos, sería incluso capaz de avanzar hasta Mikolaev y Odesa.
No obstante, yo creo que esto no es lo principal, debido a que todo se puede detener con un buen argumento político; la guerra es el fruto del fracaso político siempre. Me refiero a que lo ofrecido por Trump no está mal y no tiene que implicar una capitulación. La Unión Europea podría hacer énfasis en algunos postulados ofrecidos por Vladimir Putin en paralelo. Por ejemplo, que haya una devolución de prisioneros ucranianos y rusos simultanea. Que el Ruso sea cooficial en las regiones donde la cultura rusa sea mayoritaria, tal y como tenemos en España con los diferentes idiomas de nuestra Península, que se legalicen los once partidos rusos, perseguidos en la actualidad por el régimen de Zelensky, que Ucrania persiga y declare ilegales a instituciones Nazis tales como Craken o Azov… Hay más. Que el idioma ruso sea legal en toda Ucrania lo mismo que las iglesias ortodoxas rusas. En la actualidad están prohibidas todas las confesiones salvo la Iglesia Ortodoxa Ucraniana. Y ello que sea extensible a los medios de comunicación sean del origen que sean; el daño que el régimen ucraniano ha ejecutado sobre la población de descendencia rusa en el Dombás ha sido un verdadero disparate. En algunos aspectos es comparable a la Alemania de Hitler.
Como medida de seguridad, Ucrania sí puede disponer de un ejército de 87.000 hombres como se trató en Estambul. Podríamos hacer una comparación entre Ucrania y España. España tiene en la actualidad cincuenta millones de habitantes y un ejército de 120.000 efectivos. Ucrania no llega a los treinta millones de habitantes en la actualidad y yo, 90.000 hombres lo veo razonable, pero insisto que como medida de seguridad, tan reclamada por el presidente ucraniano, en el caso de una nueva invasión debería de haber una liga de países de la extinta URSS, que pertenezcan a la OTAN en la actualidad, liderados por Francia y Reino Unido que luchen presencialmente contra el ejercito ruso. Yo pienso que ese pacto habría que hacerlo en Kiev con los líderes europeos pertinentes.
Y finalmente, en lo que concierne a los territorios ocupados, Ucrania debería de ceder los territorios conseguidos con sangre rusa a Rusia, además de los calderos donde las tropas ucranianas tienen presencia. También debería ceder lo poco que le queda de territorio en Luganks a cambio de que los territorios que los rusos han conquistado en Sumy y en el Norte de Jarkov le sean devueltos a Ucrania.
La UE debería de asentir a este hecho, pero con una condición, y es que no serán reconocidos igual que Crimea hasta que Rusia no haga un referéndum bajo observadores internacionales y que sean los habitantes tras cinco o siete años de paz y sin coacción, quienes decidan lo que quieren ser.
España no debe reconocer ni Crimea ni los territorios conquistados hasta que no exista un referéndum con garantías en la citada área conquistada. Lo único que se debe de reconocer como ruso, porque lo es, es Sebastopol y su término territorial, que aun estando en Crimea no pertenece a la misma. Siempre ha tenido unos estatutos especiales.
Sea quien sea el ganador, España no debe de reconocer nada que se conquiste por las armas, sino por las urnas. De lo contrario, nuestro propio régimen no tendría sentido.