La UNED de Melilla ha celebrado con éxito la segunda edición del curso Discriminaciones en el tránsito de MENA a adulta inmigrante en España, un espacio académico y social que se consolida como una referencia para el estudio y análisis de las realidades que atraviesan las menores extranjeras no acompañadas (MENA) en su proceso de integración en España. Con una participación destacada de profesionales y estudiantes de distintas disciplinas, el curso ha sido coordinado por la profesora Marisa Escámez, quien ha ofrecido una valoración muy positiva de la experiencia y ya avanza la preparación de una tercera edición.
La iniciativa surgió del interés directo de los estudiantes en las aulas, como ha relatado Escámez. “Soy profesora universitaria y, en clase, los alumnos demandan constantemente estos temas. Las interacciones que se dan en el aula hacen que se generen inquietudes y una cosa lleva a la otra”. Así nació esta propuesta formativa, que continúa creciendo año tras año, tanto en contenidos como en participación.
El foco principal del curso ha sido visibilizar las dificultades específicas que enfrentan las chicas menores no acompañadas una vez que cumplen la mayoría de edad. “El mundo de las niñas MENA es un mundo oculto, silenciado”, ha afirmado Escámez. “Tienen que reconocerse como lo que son y eso es muy doloroso. Llegan a un país que no es el suyo, con un idioma que no dominan y sin una red de apoyo familiar ni personal que las sostenga”.
La coordinadora ha subrayado que muchas de estas jóvenes experimentan una forma de autodiscriminación derivada del entorno hostil y la falta de referentes. A ello se suman factores estructurales como las barreras legales, la vulnerabilidad ante redes de trata y la ausencia de acompañamiento emocional.
A pesar de este complejo panorama, Escámez también ha defendido que el sistema de protección español responde y que existen oportunidades reales para quienes logran acceder y aprovechar los recursos disponibles. “El sistema funciona y debemos reconocerlo”, ha sostenido. “Hay casos como el del profesor Mbaye Gil Sánchez, que llegó en patera, durmió en la calle y hoy es docente en la Universidad de Bilbao. Las oportunidades existen, pero también hay que saber aprovecharlas”.
En Melilla, donde la presencia de menores extranjeros no acompañados es especialmente significativa, la coordinación entre instituciones es fundamental. Escámez ha reconocido el trabajo que se realiza desde los distintos organismos implicados, aunque también ha confesado que queda mucho por hacer para garantizar una integración real y efectiva.
El curso ha contado con una amplia participación, principalmente del ámbito universitario. Entre los asistentes se encontraban estudiantes de Trabajo Social, Educación Social, Psicología, así como abogados, integradores sociales y profesionales interesados en la intervención con población migrante. “Incluso desde Canarias se interesaron por el curso, aunque hubo confusión con la modalidad y pensaban que era online”, explicó Escámez, lo que muestra el potencial de expansión del formato.
La primera edición del curso, celebrada el año pasado, abordó los perfiles de las menores acogidas en el CETI, así como las dinámicas migratorias en otras regiones, como la ciudad de Soria, que a pesar de estar en la llamada España vaciada, ha recibido un notable flujo migratorio gracias a su conexión con Madrid.
Con el respaldo de la dirección del centro UNED y de la profesora María del Rosario Sánchez Morales, directora del curso, ya se prepara la tercera edición. “Vamos a seguir adelante, porque este es un mundo que no se acaba, tiene muchas aristas por explorar y así lo haremos”, ha concluido Escámez, convencida de que la universidad debe ser también un espacio de compromiso y transformación social.
Señora Escamez y Señora Sagrario, Señora Randa y Señor Soria, dónde ha dejado a los profesionales del Centro de la Purísima y Centro Asistencial que no se ha contado con ellos, como siempre pasa en esta ciudad menospreciando al Talento de Melilla.
Pues el resultado es evidente: sólo hay que ver las cifras de asistencia: no llegaba a más de 10 personas: VERGÜENZA.