El Faro ha salido a la calle para tomar el pulso a la opinión de los melillenses sobre la situación actual de los mercados. En el barrio del Rastro, una de las zonas con mayor actividad comercial de la ciudad, los vecinos -en su mayoría comerciantes- mantienen viva la esperanza de que poco a poco todo vuelva a la normalidad. Más allá de la calidad del producto -que aseguran es excelente, especialmente el que llega desde la península, sin pepitas, lo que muchos echan de menos es el sabor auténtico de la tierra y del mar, ese que remite a una Melilla virgen, con identidad propia. La recuperación del comercio local no se mide solo en cifras, sino también en emociones, en recuerdos, en el deseo profundo de reconectar con una esencia que no se quiere perder.