La Semana Santa de Melilla 2025 ha concluido con el que ha sido el momento culmen de esta semana de pasión, fe y devoción en nuestra ciudad: La procesión del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima del Rocío.
Al tercer día de su muerte, el Señor resucitó y los melillenses lo han celebrado esta mañana del 20 de abril con una estación de penitencia llena de sentimiento.
Decenas de melillenses esperaban desde antes de la salida del Santísimo Cristo Resucitado de la casa hermandad de la Venerable Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor, en Batería Jota. No obstante, fueron decenas también los que se fueron sumando y acompañaron al sagrado titular a lo largo de su recorrido por las calles de nuestra ciudad.
El hermano mayor de la Cofradía, Roberto Vargas, fue el encargado de hacer el llamado para que el Señor recorriera y bendijese las calles de Melilla.
Nada más salir para encontrarse con la Virgen, fueron varios los padres quienes siguieron la tradición y presentaron a sus pequeños al Señor.
Esta estación de penitencia contó con el acompañamiento de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Flagelación, que al son de cornetas, trompetas y tambores; acompañó a Jesús Resucitado durante todo su recorrido por las calles de nuestra ciudad con diferentes marchas.
El trono fue bajando en primer lugar por la calle Hermanos de la Salle, pasando frente a la parroquia de la Medalla Milagrosa, sede canónica de la Hermandad de la Flagelación. Los portadores hicieron una emotiva "levantá" frente su casa, cerrada al culto por problemas estructurales desde abril del 2022. Sin embargo, pese a que la Semana Santa ha concluido, las buenas noticias se mantienen, con el inminente inicio de la rehabilitación de este templo y, con ello, el retorno del Señor a su casa.
Bajo la talla, se encontraba la vara del antiguo hermano mayor de la Flagelación, Francisco Ramos, quien falleció hace unos meses, pero su memoria permanece entre el resto de los hermanos.
La procesión siguió su recorrido bajando por Hermanos de La Salle para entrar a continuación en Poeta Zorrilla y, tras pasar frente a La Salle-El Carmen, bajar por Juan de Lanuza. Fueron cientos los melillenses que esperaban, para contemplar emocionados el paso del Señor y así pudo observarse a lo largo del recorrido procesional, mientras la cruz de guía, los cirios y los niños iban abriendo paso.
Durante todo el cortejo procesional, los portadores fueron lanzando los "vivas" al resucitado, a la Virgen del Rocío y a ellos mismos; como una muestra de ánimo y orgullo.
A su paso, los vecinos se asomaban a balcones y ventanas para contemplar la procesión. El olor a incienso, la bulla y los tambores les avisaban que Jesús Resucitado estaba cerca.
La Semana Santa no tuvo el mejor comienzo en Melilla. La lluvia frustró la salida de Nuestro Padre Jesús en su Entrada en Jerusalén y de María Santísima de Gracia y Esperanza. Sin embargo, este Domingo de resurrección ha ofrecido un día más que propicio para que el Señor haya bendecido las calles de Melilla, a excepción del fuerte viento que ha mecido las capas y trajes de los miembros de la Cofradía. una estampa que no ha impedido que el Señor haya recorrido las calles de nuestra ciudad.
Callejón de la Soledad
Fue alrededor de las 12 del mediodía cuando se produjo uno de los momentos que más expectación genera en el Domingo de Resurrección melillense: La bajada del Cristo Resucitado por las escaleras del callejón de la Soledad. Eran cientos los melillenses quienes esperaban la llegada del Señor, para recibirlo entre vítores y aplausos.
Los portadores llevaron el trono sobre la alfombra realizada por los jóvenes de la Cofradía de la Flagelación. Una muestra de belleza más en uno de los puntos más emblemáticos de la Semana Santa de Melilla.
Una vez bajó las escaleras, Jesús resucitado fue recibido en la calle Castelar con los acordes del Himno de España. Mientras los ciudadanos aplaudían sin cesar, en el número 12 de dicha calle se desplegó una enorme Enseña Nacional. Además, se produjo el lanzamiento de una pequeña 'petalá' para recibir al Señor.
El trono giró ante una marea de ciudadanos para entrar en Ejército Español y proseguir su marcha, rumbo al esperado Encuentro con María Santísima del Rocío.
A su paso frente a la iglesia del Sagrado Corazón, comenzaron a repicar las campanas, anunciando no sólo que Jesús había resucitado, sino que estaba próximo a encontrarse con su madre.