El CEIP Juan Caro de Melilla ha celebrado uno de los actos más especiales de su calendario escolar con la entrega de las becas ‘Juan Jiménez Carmona’, una iniciativa nacida hace tres cursos con el objetivo de premiar el rendimiento académico y el esfuerzo personal del alumnado que finaliza la etapa de primaria en el centro y continúa sus estudios en secundaria en el Instituto Rusadir.
El programa, promovido y financiado por el catedrático Carlos Jiménez, profesor de la Universidad de Alcalá y originario de Melilla, tiene un componente profundamente humano y emocional: es un homenaje a su padre, Juan Jiménez Carmona, quien fue maestro del colegio cuando aún se llamaba General García Baliño. Desde entonces, el centro educativo, rebautizado como CEIP Juan Caro, ha mantenido un fuerte vínculo con la familia Jiménez, vínculo que ahora se materializa en forma de oportunidades educativas para los estudiantes más comprometidos.
Un acto institucional
La ceremonia, que tuvo lugar en el salón de actos del centro, fue presidida por el actual director del colegio, Sergio Balbuena, quien estuvo acompañado por la directora provincial de Educación, Elena Fernández Treviño; el consejero de Educación de la Ciudad Autónoma de Melilla, Miguel Ángel Fernández Bonnemaison; y la representante de la familia Jiménez, Rocío Jiménez Cabrera, sobrina del catedrático.
En su discurso, Balbuena puso en valor el espíritu de la beca, que trasciende lo económico para convertirse en una muestra de confianza en el alumnado. “Hoy no solo celebramos un premio. Celebramos un acto de generosidad y de compromiso con la educación. Es un gesto que reconoce el esfuerzo de nuestros estudiantes y les impulsa hacia un futuro mejor”, afirmó.
El director destacó que, hasta la fecha, ya son ocho los alumnos beneficiados por este programa, seis de ellos chicas, y que este año se incorporan dos nuevos becados: Fanda Saidi Hamdaoui y Yanis Adrari Bakri. “Este tipo de ayudas nos ayudan a equilibrar la balanza, porque no todos los niños parten del mismo punto de salida. Por eso, reconocer el talento, el esfuerzo y tener en cuenta también el contexto social y familiar, es clave para una educación justa”, remarcó.
Compromiso institucional con la equidad educativa
La directora provincial de Educación, Elena Fernández Treviño, elogió el carácter transformador del proyecto. “La educación es una herramienta cargada de futuro, y también de presente. Iniciativas como esta nos recuerdan que apostar por el alumnado, especialmente por aquel que lo tiene más difícil, es una de las formas más hermosas de construir sociedad”, declaró.
Treviño también quiso destacar el papel del CEIP Juan Caro como “motor de transformación social” en su entorno, señalando el esfuerzo del equipo docente y de la dirección por generar igualdad de oportunidades. “Nos encontramos en un centro que no solo educa, sino que genera esperanza. La apuesta por este colegio es una de las decisiones más acertadas que hemos tomado desde la Dirección Provincial”, señaló.
El consejero de Educación, Miguel Ángel Fernández Bonnemaison, también intervino para expresar su reconocimiento a la labor del profesorado y a la visión del impulsor de las becas. “Este es, sin duda, uno de los actos más bonitos del mes. Aunque ahora me toque representar institucionalmente a la Consejería, yo soy maestro. Y como maestro, ver que nuestros chicos y chicas tienen oportunidades reales de avanzar es lo más gratificante que existe”, afirmó emocionado.
Bonnemaison añadió que iniciativas como esta ayudan a corregir injusticias estructurales en el sistema educativo: “A veces nos encontramos con alumnado con muchas ganas de aprender pero con enormes barreras. Estas becas son una forma de allanar ese camino, y Carlos Jiménez merece todo nuestro reconocimiento por ello”.
Un proyecto familiar que honra el pasado y construye el futuro
El momento más íntimo y emotivo del acto lo protagonizó Rocío Jiménez Cabrera, sobrina del catedrático y encargada de hacer entrega simbólica de las becas. En su intervención, explicó el origen del proyecto y agradeció el apoyo de la comunidad educativa.
“Mi tío, con la ayuda de mi padre, quiso homenajear a mi abuelo, que fue maestro en este colegio. No pretendemos otra cosa que honrar su legado y devolver, en forma de oportunidades, lo mucho que esta comunidad educativa nos dio”, explicó Rocío. También agradeció expresamente a quienes han hecho posible la puesta en marcha y mantenimiento del programa: “Queremos dar las gracias al anterior director Alfonso García Zafra, al actual director Sergio Balbuena, al director del IES Rusadir, Miguel Ángel López Díaz, y a las papelerías Ino y Mateo, que gestionan administrativamente las ayudas”.
Rocío anunció que, en el próximo curso 2025-2026, el programa alcanzará los 4.000 euros de dotación, y que será el momento de realizar una evaluación del impacto. “Mi tío quiere estudiar los resultados con todos los implicados para decidir cómo prolongar el plan. Su objetivo siempre ha sido claro: premiar el rendimiento, incentivar el esfuerzo y reducir la tasa de fracaso y abandono escolar que aún afecta gravemente a Melilla”, concluyó.
Un modelo de micro-mecenazgo replicable
La entrega de las becas ‘Juan Jiménez Carmona’ en el CEIP Juan Caro es un recordatorio de que, en un sistema educativo marcado por desigualdades, los gestos personales pueden tener un impacto profundo. Es también una llamada a la acción para instituciones, familias y ciudadanos comprometidos con la educación.
Como expresó el consejero Bonnemaison al cerrar el acto: “Cuando sea mayor, quiero ser como Carlos Jiménez. No se me ocurre mejor destino para el éxito que invertirlo en dar oportunidades a quienes más lo necesitan.”
Estas becas no solo rinden homenaje al pasado, sino que siembran futuro.