Este Día Mundial del Síndrome de Down, el aeropuerto de Melilla ha cedido su Espacio Solidario a la asociación Aspanies Plena Inclusión, dedicada a la mejora de la calidad de vida de todas las personas con discapacidad intelectual o trastornos del desarrollo y de sus familias.
A lo largo de este lunes, la organización ha sido acogida en la zona que la infraestructura aeroportuaria destina para la divulgación de campañas especiales, de acuerdo con los valores y las líneas estratégicas de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena).
A través del Espacio Solidario, socios y voluntarios del colectivo han podido difundir información relacionada con sus proyectos y desarrollar diferentes actividades de sensibilización.
Con el Espacio Solidario, de forma gratuita, Aena ofrece a las organizaciones sociales un espacio de elevada concurrencia e impacto público, como son las terminales de los aeropuertos, para llevar a cabo estas campañas de comunicación, proyectos de donación e iniciativas sociales.
Este entorno ha sido anteriormente brindado a otras entidades de la ciudad autónoma como es el caso de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Día Mundial del Síndrome de Down
Designado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2011 como el 21 de marzo, el Día Mundial del Síndrome de Down busca potenciar una mayor conciencia pública sobre este trastorno y a la vez recordar la dignidad inherente y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.
En concreto, el síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21, que se traduce en discapacidad intelectual.
Aunque siempre ha formado parte de la condición humana, ya que existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud, el acceso adecuado a la atención médica, los programas de intervención temprana y la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el desarrollo de quienes tienen con el síndrome.
Según datos de Naciones Unidas, la incidencia estimada del síndrome de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos, y quienes lo tienen suelen presentar generalmente más problemas de salud.
A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados vivieran menos de 10 años, pero, ahora, cerca del 80% de los adultos que lo padecen superan la edad de los 50 años.
De hecho, la labor médica y parental en edades tempranas favorece la calidad de vida y la salud de quienes sufren este trastorno genético al satisfacer sus necesidades sanitarias, entre las que se incluyen chequeos regulares para vigilar su desarrollo físico y mental, y una intervención oportuna con fisioterapia, educación especial inclusiva u otros sistemas de apoyo comunitario.