Bilal A. M., conocido como ‘El Popeye’ y considerado uno de los narcos más peligrosos de Melilla, está en paradero desconocido desde hace casi tres meses tras ser puesto en libertad provisional por la Justicia. La Audiencia Provincial revocó esa medida el pasado mes de julio, pero ya era demasiado tarde: el investigado no se encontraba localizable.
Según publica este jueves El Español, Bilal salió de prisión el 27 de mayo tras abonar una fianza de 10.000 euros. El auto de libertad fue dictado pese a la oposición del Ministerio Fiscal, que había advertido expresamente del alto riesgo de fuga y del peligro que representaba el investigado para el entorno.
El joven melillense, de 33 años, está considerado el líder del clan de ‘Los Popeyes’, una estructura familiar dedicada presuntamente al tráfico de drogas desde la Cañada de Hidúm. La Policía lo sitúa al frente de una red de venta al menudeo de cocaína y hachís en una de las zonas más golpeadas por la marginación y la violencia de la ciudad.
El 22 de julio, la Audiencia Provincial de Melilla revocó la libertad provisional y ordenó su reingreso en prisión. Para entonces, Bilal ya no se encontraba en su domicilio ni en ningún lugar conocido. Según fuentes citadas por El Español, podría haber huido a Marruecos, aunque su defensa asegura desconocer su paradero actual.
Los hechos se remontan a una investigación desarrollada por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional desde abril de 2023. En noviembre de ese año, los agentes detuvieron a varios miembros del clan, incluido Bilal, tras el hallazgo de sustancias estupefacientes y dinero en efectivo. En total, se incautaron más de 160 gramos de hachís, 15 gramos de cocaína y más de 5.000 euros en metálico. También se intervinieron vehículos y otros objetos vinculados al tráfico de drogas.
El historial de Bilal A. M. incluye antecedentes por tentativa de homicidio, robo con violencia, tenencia ilícita de armas y lesiones a varios agentes de Policía. En 2014, uno de ellos resultó herido por un perdigón durante una intervención en el barrio.
Estas circunstancias fueron esgrimidas por la Fiscalía para solicitar su ingreso en prisión preventiva. No obstante, la jueza instructora acordó su libertad con medidas cautelares y una fianza de 10.000 euros, que el investigado abonó.
Según la misma fuente, la defensa de Bilal ha sostenido que se trata de un joven “con arraigo familiar” y ha denunciado lo que considera una “presunción de culpabilidad” sobre su cliente. Pese a ello, la Audiencia Provincial ordenó su reingreso en prisión tras considerar que el conjunto probatorio contra él se había reforzado y que persistía un riesgo claro de fuga.
Desde el 22 de julio, ni la Policía ni la Fiscalía han logrado localizarlo. Si no es detenido en los próximos años, existe el riesgo de que algunos delitos prescriban, lo que podría frustrar un futuro juicio penal. Su abogado, citado en la información publicada por El Español, ha declarado que desconoce si se encuentra escondido en España o en algún país del norte de África.
La fuga de ‘Popeye’ ha generado malestar entre investigadores y fuentes judiciales, que ven cómo una causa de alto impacto y largo recorrido puede quedar en nada por la imposibilidad de localizar al principal acusado.
La red de ‘Los Popeyes’ ha sido objeto de varias actuaciones policiales en los últimos años. La investigación actual, aún bajo secreto de sumario, apunta a una organización con métodos de “telecoca”, uso de mulas para el transporte de droga y reparto organizado desde domicilios de la Cañada. Bilal no tenía un empleo conocido hasta 2021, pero según la Policía mantenía un nivel de vida elevado, con motos de alta gama, animales de presa y armas ilegales, incompatibles con ingresos lícitos.
Por el momento, sigue en paradero desconocido, y su búsqueda continúa abierta a nivel nacional e internacional.









Se le revocará la nacionalidad española y se le expulsará a Marruecos el día que se le dé caza, ¿no? En fin, soñar es gratis
Se ha cubierto de gloria la señora jueza de instrucción.