Se inicia este miércoles el Cónclave para la elección de nuevo Papa. La Iglesia católica acaba de superar los 1.400 millones de fieles, mientras que los cristianos en el mundo llegan hasta los 2.400. Por eso es también tan importante la unidad entre todos los cristianos. En occidente, el cristianismo parece estar en regresión, sobre todo comparado con épocas pasadas. La Iglesia católica sigue creciendo: un 1% en 2022, 1.15% en 2023. En África crece a un ritmo de 3.31% al año, mientras en Asia a un ritmo de 11% anual. Por eso la situación ahora de la Iglesia católica está pasando de ser eurocéntrica a ser mundocéntrica. La Iglesia tiene este reto de ser creíble y de estar unida, para poder seguir creciendo. El Papa Francisco optó por acercarse a la gente (fue un pastor “con olor a oveja”), y esto fue un gran acierto, que ha dado sus frutos y que espero que siga dándolos en el futuro. El Faro de Melilla entrevista a Pablo Blanco-Sarto, catedrático de Teología Sistemática de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
-Ante elección del Papa. ¿Qué es el misterio?
-Hay siempre un componente imprevisible, un factor sorpresa que escapa a nuestras previsiones. La Iglesia no es ni un partido político, ni una ong, por lo que las previsiones humanas pueden quedarse cortas. Hemos de estar abiertos al misterio y a la acción del Espíritu Santo, que es como el director de orquesta que va a intentar armonizar todas las voces, a veces disonantes, de los cardenales. Los Padres de la Iglesia hablaban de la sinfonía en la Iglesia, en la que necesariamente deben intervenir voces distintas. Y esto es lo que consigue el Espíritu Santo.
-¿Que desafíos tiene el Papa que viene...?
-Crecer en la fe y conseguir la unidad en un mundo dividido y en guerra. La Iglesia también ha de componer armónicamente las distintas voces que se encuentran dentro de ella, como decíamos antes. Al Papa Francisco le gustaba repetir la frase de san Juan: "Que sean uno, como tú Padre en mí y yo en ti, para que el mundo crea" (17, 21-22). La unidad genera confianza y ésta hace que la Iglesia siga creciendo. A pesar de la crisis y de los escándalos que puede haber en la Iglesia, ésta sigue siendo depositaria de la confianza de tanta gente en el mundo. Por eso, la Iglesia tiene este reto de ser creíble y de estar unida para poder seguir creciendo. El Papa Francisco optó por acercarse a la gente (fue un pastor “con olor a oveja”) y esto fue un gran acierto, que ha dado sus frutos y que espero que siga dándolos en el futuro.
-La unidad de la iglesia, el Papa, en este punto, es pieza clave.
-Sí, él tiene lo que se llama el ministerio de unidad, es decir, su principal servicio a la Iglesia consiste en unir a los cristianos. Por eso es el padre común, que preside a todas las iglesias en la caridad, dice san Ignacio de Antioquía. El sucesor de Pedro hace cabeza en el colegio de los obispos, de modo que busca por todos los medios que haya entendimiento entre todos ellos, a pesar de las evidentes diferencias de raza, lengua, geografía, etc. Por eso un Papa demasiado localizado puede no desempeñar bien su propio cometido que es universal, por esencia. Cada Papa ha mantenido su procedencia geográfica, pero al mismo tiempo se ha abierto a todos y, como dice san Pablo, “se ha hecho todo para
todos” (1Co 9, 22).
-¿Qué es el Espíritu Santo y cómo actuará en el cónclave?
-Joseph Ratzinger hizo unas curiosas declaraciones a una radio bávara. Dijo en primer lugar que no se podía responsabilizar al Espíritu Santo de las elecciones equivocadas de los cardenales. Por ejemplo, en el Renacimiento hubo papas muy poco ejemplares y resulta evidente que la tercera persona de la Trinidad no quería esos desastres y escándalos. Entonces, seguía el cardenal Ratzinger, lo que hace el Espíritu Santo es que, a pesar de nuestros flagrantes y evidentes errores, las cosas no salgan demasiado mal. El Espíritu es el artista, el artífice de la unidad. Quienes van a escoger al nuevo Papa van a ser los cardenales, con la inestimable ayuda del Espíritu Santo.
-¿La cristiandad está en crisis?
-Sí y no, depende adónde se mire. Por ejemplo, la Iglesia católica acaba de superar los 1.400 millones de fieles, mientras que los cristianos en el mundo llegan hasta los 2.400. Por eso es también tan importante la unidad también entre todos los cristianos. Es cierto que en occidente el cristianismo parece estar en regresión, sobre todo comparado con épocas pasadas. Pero la Iglesia católica sigue creciendo: un 1% en 2022, 1.15% en 2023. En África crece a ritmo de 3.31% al año, mientras en Asia lo hace con un 11% anual. Por eso, la situación ahora de la Iglesia católica está pasando de ser eurocéntrica a ser mundocéntrica. Por tanto, al ser tan grande, en ciertos lugares está en crisis, pero es una crisis de crecimiento, como nos cuentan los números.