Francisco Aldecoa Luzárraga, catedrático de Relaciones Internacionales y presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, ha afirmado que es el Gobierno de España el que debe dar el paso y solicitar un estatus especial para Melilla y Ceuta dentro de la Unión Europea. Así lo expresó durante su participación en el podcast Foco Sur, del Observatorio de Ceuta y Melilla, donde analizó el papel actual de Europa en el mundo y el lugar que ocupan las dos ciudades autónomas dentro del proyecto europeo.
Aldecoa fue tajante: “Europa no entiende realmente la singularidad de Ceuta y Melilla”. En su opinión, ambas ciudades están desaprovechadas como únicas representaciones territoriales de la UE en el continente africano. “Tendrían que jugar un papel estrella, un papel... no me gusta la palabra puente, pero sí un papel de faro de lo que es Europa en África”, aseguró.
El experto, con décadas de experiencia académica y política, destacó que la visibilidad de las ciudades en las instituciones europeas es mínima: “Estoy seguro de que ni un 10% de los miembros del Movimiento Europeo en Bruselas saben de la existencia de estas dos plazas. Eso es muy grave. Hay que hacer mucho más y tenemos que hacerlo todos”.
En este sentido, Aldecoa insistió en que la iniciativa para cambiar esa situación debe partir de Madrid. “Europa no se mueve sola. Para que Europa actúe, hay que apretarle. Y eso tiene que pedirlo especialmente España”.
Además de su valor simbólico y geopolítico, Aldecoa recordó que Ceuta y Melilla están protegidas por el artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea, que establece la obligación de defensa mutua en caso de agresión a uno de sus miembros. “Eso es lo primero que hay que dejar claro”, subrayó. En contraposición, recordó que las ciudades no están incluidas en el paraguas de la OTAN por razones históricas y jurídicas, aunque eso no implica una pérdida de protección, como a veces se ha interpretado erróneamente.
El experto apuntó también que se está reforzando la puesta en marcha de mecanismos de intervención rápida por parte de la UE, lo que, a su juicio, fortalecerá aún más la posición defensiva de las dos ciudades autónomas.
Aldecoa celebró la reciente visita de eurodiputados a Melilla y consideró que ese tipo de acciones son el camino para posicionar a Ceuta y Melilla dentro del mapa político europeo. “Es importantísimo. Hay que hacer lobby con ellos para desarrollar nuevas iniciativas”, sostuvo.
Para el catedrático, la clave está en cambiar la percepción de problema por la de oportunidad: “Hasta ahora se ve como un problema, y no es un problema. Los que hemos estado allí sabemos que es una gran potencialidad. Esa es la labor que tenemos entre todos”.
Durante la entrevista, Aldecoa también analizó el momento político que vive Europa. Criticó la falta de ambición de la Conferencia sobre el Futuro de Europa y apostó por reformas profundas que conduzcan a una mayor integración federal. “El gran tema está en reformar los tratados de forma sustantiva, en dar un paso más”, dijo.
Asimismo, resaltó el papel geoestratégico de la UE ante un mundo en transformación, en particular ante el aislamiento creciente de Estados Unidos bajo el liderazgo de Donald Trump. “Europa tiene ahora una oportunidad única para reforzarse como heredera de los valores de Occidente”, señaló.
Aldecoa también reivindicó una mayor comunicación institucional para acercar la UE a la ciudadanía. Lamentó que en España apenas se conozca que cinco de las seis principales instituciones europeas están actualmente dirigidas por mujeres, algo que calificó como histórico.
Finalmente, se mostró optimista sobre el papel de las nuevas generaciones en la construcción europea: “Hoy los jóvenes han vivido Europa, han participado en programas como Erasmus y están más comprometidos que nunca. Eso es una gran esperanza para el futuro del proyecto común”.
Al cierre de su intervención, Aldecoa reiteró que el futuro de Ceuta y Melilla dentro del marco europeo dependerá en gran medida de la voluntad política de las instituciones españolas y de su capacidad para construir alianzas duraderas en Bruselas.