Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma ha finalizado con su intervención, la edición número 18 de la gala de los Premios Excellence de Cruceros. Melilla, "una perla en el Mediterráneo", ha sido escenario de una convivencia ejemplar entre cristianos, musulmanes y judíos, una realidad que según Imbroda es "una lección de respeto, tolerancia y convivencia". El presidente recordó que su impresionante patrimonio, que incluye la Ciudadela de Melilla La Vieja y su fortificación renacentista, fue premiado con el prestigioso galardón Europa Nostra por su rehabilitación.
Melilla, una ciudad milenaria con más de 2.000 años de historia, se ha convertido en un referente del turismo de cruceros. "Este año el 17 de septiembre, nosotros también estaremos de celebración, sin embargo no cumpliremos 18 años, si no 528 años con España", destacó Juan José Imbroda, resaltando la relevancia histórica de la ciudad.
"Tenemos un patrimonio cultural y arquitectónico excepcional. Nuestra ciudad cuenta con la segunda muestra más importante de arquitectura modernista en España, solo por detrás de Barcelona", subrayó el presidente, destacando la riqueza cultural de la ciudad.
El turismo de cruceros se encuentra en plena expansión. "Garantizamos que el próximo año recibiremos aún más cruceros en Melilla", aseguró Imbroda, subrayando el esfuerzo de la Autoridad Portuaria por impulsar este sector. La mejora de infraestructuras y la promoción del destino han convertido a Melilla en una parada obligatoria para los amantes de los cruceros que recorren el Mediterráneo.
Melilla también es un destino gastronómico de primer nivel. "Tenemos muchísimo para que vengan ustedes aquí", dijo Imbroda, haciendo referencia a la amplia oferta culinaria que mezcla tradiciones árabes, judías y españolas. Además, la ciudad es conocida por su ambiente comercial, con productos de alta calidad a precios atractivos.
El turismo en Melilla no deja de crecer y consolidarse. Cada vez son más los visitantes que descubren esta joya del Mediterráneo y se enamoran de su autenticidad. La hospitalidad de sus habitantes, la riqueza de su patrimonio y la belleza de su entorno natural hacen de esta ciudad un destino imprescindible.
Con playas de aguas cristalinas, un clima privilegiado y una oferta de ocio variada, Melilla se reafirma como dijo Imbroda "una de las ciudades mediterráneas más bonitas y con más alicientes para convocar a los cruceristas". El presidente concluyó su discurso con una invitación clara: "Les espero con los brazos abiertos en ese puerto de Melilla". La ciudad, sin duda, sigue afianzando su posición como un destino de referencia en el Mediterráneo.