Aparte de la gran península, España destaca por sus dos archipiélagos de islas más famosos: las Baleares y las Canarias. Estas últimas están más alejadas, ya que están situadas al oeste del desierto del Sáhara y por ello la particularidad de que siempre están a una hora menos que en el resto del país.
Tenerife es una de las más populares. Desde el punto más al norte hasta el ubicado más al sur, la isla no alcanza los 100 km, y aunque cuenta con transporte público, lo más práctico es alquilar un coche para movernos libremente sin estar pendiente de horarios y conexiones. Además, las vías TF-5 y TF-1 nos permitirán recorrer la isla de forma rápida y cómoda. Aquí te traemos la mejor guía para disfrutar de esta isla en un fin de semana.
Primer día
Si recogemos el vehículo de alquiler en el aeropuerto del norte de la isla, podemos aprovechar para realizar nuestras primeras excursiones. Nos estrenamos en San Cristóbal de La Laguna, la segunda ciudad más poblada de Tenerife, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 por ser un ejemplo singular de ciudad colonial no amurallada.
También podemos acercarnos a alguna de las bodegas de la zona. Estamos en tierra de vinos, por lo que el paisaje se viste con viñedos situados entre los 100 y los 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Lo particular de estos vinos son sus características organolépticas que vienen marcadas por la peculiar orografía y el clima del territorio.
Tras la visita, nos quedaremos en San Cristóbal de La Laguna para comer en Silbo Gomero. El nombre del restaurante hace alusión al sistema de comunicación, mediante silbidos, tradicional entre autóctonos de la zona.
Después de comer, nos dirigiremos al Lago Martiánez, en Puerto de la Cruz. Tardaremos unos treinta minutos en llegar. Se trata de una superficie de unos 100.000 metros cuadrados que incluye un lago artificial, varias piscinas, jardines y un museo de esculturas al aire libre, todo diseñado por el artista César Manrique. Un centro de ocio donde podremos bañarnos, relajarnos, tomar algo y disfrutar de las vistas al mar y al Teide.
Tras esto, disfruta de la zona, ya que el Puerto de la Cruz es una de las ciudades con más ambiente y cosas que hacer de toda la isla de Tenerife. Visita sus museos, tiendas, bares y restaurantes y aprovecha para degustar la comida típica canaria.
Segundo día
No hay viaje a Tenerife sin una visita al Teide, imprescindible, sobre todo si es la primera vez que pisamos la isla. Es el pico más alto de España, supera los 3.700 metros, y se encuentra en uno de los 10 parques nacionales más visitados del mundo. Para disfrutar del paisaje en todo su esplendor, es mejor ir a primera hora. Como es un enclave muy concurrido, se recomienda planificarlo con semanas de antelación para evitar sorpresas. El acceso al volcán puede hacerse a través del teleférico, en coche o practicando senderismo. En función del camino escogido, tardaremos entre 40 y 60 minutos.
Tras la comida, podemos pasear por la Orotava o descansar en cualquiera de las tres playas naturales de arena negra de la zona: la del Bollullo, Los Patos o el Ancón. Si preferimos seguir descubriendo los rincones de la isla tinerfeña, volveremos al volante y nos dirigiremos hacia el Drago Milenario, en Icod de los Vinos, a unos 30 minutos por la TF-5.
Se trata de un enorme árbol, declarado Monumento Nacional en 1917, de unos 18 metros de altura, más de treinta ramas principales y 20 metros de perímetro base. Es el más grande y longevo que se conoce en el mundo en su especie. Tras inmortalizar su existencia con nuestra cámara de fotos, podemos llegarnos hasta los acantilados de los Gigantes, a unos 30 km por la TF-373 y la TF-82.
Este privilegiado lugar, otra de las visitas imprescindibles de la isla, se encuentra en el Parque Rural de Teno, en los municipios de Buenavista del Norte y Santiago del Teide. Son unas espectaculares montañas escarpadas, de roca volcánica, con una caída que, en algunos puntos, puede alcanzar los 600 metros. Si os gusta el submarinismo, pasear en barco o practicar deportes acuáticos, este es el sitio.
Para acabar esta ruta, de camino al aeropuerto, si nuestro vuelo sale desde el del norte y vamos con tiempo, pararemos en Santa Cruz de Tenerife. En su mercado municipal Nuestra Señora de África, conocido como La Recova, podemos adquirir productos tradicionales de las islas, sobre todo gastronómicos, a modo de souvenir. En la misma ciudad, está la calle del Castillo, un lugar bastante concurrido y repleto de tiendas donde comprar algún recuerdo.