El coordinador del Grupo parlamentario de VOX en la Asamblea, Javier Diego, manifiesta que “no hay nada que celebrar en la aduana de Melilla”.
En respuesta al diputado socialista Rafael Robles, que tacha de “hecho histórico” el reconocimiento de Marruecos de la aduana internacional, Diego reprocha que se aplauda el paso de 1.900 euros en pescado una vez a la semana y que se le atribuya a un documento administrativo, lo que el Gobierno de España debería reivindicar en sus citas internacionales con las autoridades marroquíes.
“Después de 527 años de españolidad, creer que 1.900 euros de pescado reivindican nuestra condición de españoles es tener la autoestima muy baja. Desde VOX seguimos reivindicando un comercio fronterizo recíproco en el que tengan cabida todos los empresarios en igualdad de condiciones”, indicó Diego.
En este sentido, el también secretario y tesorero de VOX no ve con buenos ojos que haya dudas sobre la licencia municipal de obra y de apertura de las instalaciones del Punto de Control Sanitario en el puerto, como dice la Autoridad Portuaria, y que no esté claro que la autorización para operar en las instalaciones portuarias le valga a la empresa para los trámites en la frontera. “No vamos a ir nunca contra una iniciativa privada, pero vamos a defender la igualdad de oportunidades para todos los empresarios”, señaló el número dos de VOX Melilla.
“Nos preguntamos, qué solvencia tiene un Punto de Control Sanitario que lleva dos años abierto y no sabemos cómo ha funcionado hasta ahora y que, además, está fuera de la frontera. No tenemos la certeza de qué tipo de control ejercen sobre él las autoridades. ¿Es razonable que no esté en la frontera?”, se pregunta.
“¿Esto es la frontera inteligente que nos dicen que vamos a tener en Melilla? No vemos pasos claros hacia una aduana internacional. En cambio vemos que la falta de transparencia persiste y, como hemos denunciado muchas veces, esto trae incertidumbre a la economía local. Ni los empresarios ni los políticos sabemos a qué atenernos, cuándo entrará mercancía por la frontera y si responderá a la demanda del mercado o al capricho de Marruecos. Todo esto nos ofrece muchas dudas. Aquí vemos más improvisación que una aduana del siglo XXI”, concluyó.