En 2008, la asociación Autismo Melilla abrió sus puertas en la ciudad autónoma con el objetivo de ayudar a las personas con TEA y a sus familiares a sobrellevar y conocer este trastorno del desarrollo.
Hace 16 años existía poca información sobre el autismo y una madre que “tenía un hijo con autismo se puso en contacto con una profesora de Educación Especial que a la vez se puso en contacto conmigo. A partir de ese momento comenzamos a reunirnos para hablar sobre nuestros hijos y durante esas conversaciones nos dimos cuenta que las actuaciones especializadas en autismo habían sido originadas por asociaciones de padres. Ése fue el germen de Autismo Melilla ”, explica Nicolás Fernández, actual presidente de la asociación Autismo Melilla.
Desde su creación, la entidad, presidida por Nicolás Fernández, atiende a más de 100 usuarios por lo cual las instalaciones iniciales se están quedando pequeñas para desarrollar su labor. De ahí que insten al Gobierno de la Ciudad a ampliar el local actual para desempeñar su trabajo.
Otro de los problemas a los que se enfrentan es al momento, en el que los padres no se puedan hacer cargo de las personas más afectadas, ya que en Melilla no existe ningún centro de estancia permanente:“representa un problema, ya que el Gámez Morón es un centro que lleva tiempo en Melilla y que no está especializado en TEA para el espectro autista sino que está abierto a toda clase de discapacidades intelectuales o del desarrollo. Por el momento, no hay ningún proyecto para un construir un centro con estancia permanente. Conocemos algunas residencias en España sólo para personas con TEA, pero aquí creo que no hay los suficientes usuarios para presionar y construir un edificio de estas características”.
Actualmente, Autismo Melilla cuenta con cerca de veinte profesionales, entre administrativos y psicólogos, que se encargan de las terapias precisas para los usuarios con TEA: “contamos con una psicóloga y una administrativa que son las encargadas de la gestión de la entidad y también trabajan con nosotros monitores de actividades y personal que realiza una intervención individual. También forman parte de la plantilla educadores sociales, integradores sociales, maestros y maestras, así como técnicos de actividad física, técnicos de integración social”, explica Nicolás Fernández.
Prácticamente, todos los usuarios de estas dependencias están escolarizados salvo algunos que acuden al centro ocupacional.
En las instalaciones de Autismo Melilla se celebran talleres, centrados en la intervención psicopedagógica, el lenguaje, la autonomía personal y en habilidades sociales, entre otros.
Por otra parte, los miembros de la Junta Directiva la componen seis padres y madres y una profesional, con casi cuarenta años de experiencia, de forma totalmente voluntaria, “lo cual no sucede en toda las entidades de esta clase”.
En el pleno de presupuestos, el Partido Socialista reivindicaba una mayor integración de alumnos con TEA en los centros escolares algo con lo que está de acuerdo el presidente de Autismo Melilla, aunque con matices: “nosotros estamos de acuerdo con la inclusión, pero con los apoyos que se necesitan. Desde hace cerca de ocho años reivindicamos las denominadas aulas TEA que funcionan en la península con muy buenos resultados. Son aulas, en las que el alumno no pasa toda la jornada, pero deben mantener una ratio pequeña entre cuatro y ocho alumnos. En estas aulas se utiliza una pedagogía más adecuada para que a cada usuario, en función de sus capacidades, se les imparten materias diversas. Tras como plástica o educación física suelen cursarlas en su grupo de referencia. No obstante consideramos que deben incrementarse los profesionales en los centros escolares e ir modificando, poco a poco, la mentalidad de la sociedad en torno a este tema. Ha cambiado mucho, pero aún queda camino por recorrer”
Sobre las aulas TEA hay que matizar que son espacios educativos especializados para niños y jóvenes con Trastorno del Espectro Autista. Estas áreas escolares siempre están diseñadas para proporcionar un ambiente seguro, estable y predecible para los estudiantes con TEA, que pueden tener dificultades para procesar estímulos ambientales y sociales.
Desde hace cerca de ocho años existen en Melilla las denominadas aulas TEA, que siempre habíamos reivindicado al funcionar en la península con muy buenos resultados.
Autismo Melilla cuenta con ayudas de la Ciudad Autónoma, a través de las Consejerías de Educación y Políticas Sociales, y también del Imserso, aunque este año esta asociación se llevó una sorpresa respecto a la cuantía, ya que “nos redujeron un cuarenta por ciento y estoy pendiente de ponerme en contacto con la directora porque no entiendo este descenso con respecto a los años anteriores cuando hablamos de una partida fija que se concede anualmente. Además, esta subvención no admite que se imputen contratos, ya que es para el mantenimiento de las instalaciones”.
Aprovechamos la conversación con Nicolás Fernández para saber cómo reaccionan los niños y niñas a los estímulos visuales y de ruido durante las fechas navideñas: “lo más importante es anticiparle lo que llega, ya que las personas con autismo responden muy bien a la rutina. Si no se esperan un determinado ruido o imágenes esperan pueden alterarse. Hay que anticiparse y explicárselo verbalmente o con pictogramas. Todo lo que salga fuera de la rutina hay que explicarlo, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada niño”.
En Navidad, Autismo Melilla organizará campamentos en los días no festivos para que los niños mantengan su rutina, aunque otros días “no hay ningún problema en romperla. No hay que ser esclavo de la rutina”.
Las instalaciones de Autismo Melilla están abiertas de 09:00 a 14:00 horas, aproximadamente, para la atención a familias y público en general, y de 16:00 a 20:30 horas para intervención con usuarios.