Melilla vivió este martes lo que se puede considerar un día grande en toda regla. No es para menos, pues era precisamente su Día, el Día de Melilla, que conmemoró los 527 años de pertenencia a España.
No es poca cosa ya de por sí, pero es que, además, los actos estuvieron acordes a la pompa que merecía el evento. Para empezar, y como no podía ser menos, se contó con la participación tanto del Ejército, que realizó una exhibición de lo más colorista en la playa de Los Cárabos. Este tipo de espectáculos, precisamente por su vistosidad, siempre atraen a la gente, por lo que era una apuesta ganadora desde el comienzo sin duda. Los aplausos y los gritos de ¡Viva España! fueron una constante durante el espectáculo, no se le vaya a olvidar a nadie que Melilla forma parte de este país casi desde su formación, que oficialmente se fijó en 1492, sólo cinco años antes de la inclusión de Melilla.
No hubo olvidos y el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, ya emitió por la mañana temprano un mensaje en su perfil de X para felicitar el día a los melillenses y para alabar “su rica diversidad” y “el valioso crisol de culturas” que hacen “única” a Melilla. Tampoco es de despreciar, en los tiempos que vivimos, que aludiera a la “convivencia y unidad” en la ciudad como una inspiración para construir, en otras palabras, un mundo mejor. Melilla como un ejemplo que exportar al mundo. Por mucho que se repita, no suena mal.
Después, en el acto oficial, el izado de banderas, una oración interconfesional por la paz y la intervención de Imbroda en una defensa a ultranza de la españolidad de Melilla, mostrando el orgullo de ser españoles y de la multiculturalidad melillense y deslizando algunas líneas maestras del proyecto que tiene para la ciudad.
Antes que éste, fue muy reseñable ver hablar en Melilla a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien no dudó en acercarse hasta aquí para mostrar todo su apoyo. No en vano, en su alocución, dejó bien claro que Madrid, como capital de España, es la casa de todos, incluida Melilla, que, por supuesto, es España.
A partir de ahí, todo el protagonismo recayó de nuevo en los militares de la Comgemel, que son un bastión fundamental para esta ciudad, garantía de que Melilla siempre contará con la protección del Estado.
Así que, un año más, un éxito el Día de Melilla, que desde tiempos remotos ha querido unir su suerte a la de España y, por lo que dicen unos y otros, así será para siempre, pues no hay nadie que quiera tanto a su país como los melillenses.