Ayer nos acercamos hasta la caseta El Capirote, la segunda más antigua del real de la Feria de Melilla.
Con su encargado, Marcelo Nogales hablamos sobre cómo estaba transcurriendo la Feria de Melilla en el ecuador de su celebración: “en esta edición, la asistencia está siendo muy bajita. Notamos mucho la diferencia respecto al año pasado y no sabemos a qué se debe. Nosotros seguimos trabajando como siempre, pero ha habido un gran bajón”.
Respecto a lo que diferencia a este espacio de otros del real de la Feria, Marcelo lo tiene claro: “nosotros no somos profesionales. Todo lo que elaboramos es casero porque no nos dedicamos a esto. La mayoría somos profesores, pero lo hacemos con todo el amor que podemos, y la materia prima es de primera calidad. Eso hay que dejarlo muy claro”.
Sobre las 22:30 hora, las personas que se acercaron hasta esta caseta tuvieron la oportunidad de disfrutar con la coreografía del Ballet de Colores que no se quiso perder la cita con esta caseta, bailando desde temas clásicos a los más novedosos.
A medida que transcurría la noche, los ciudadanos se reunían en El Capirote para degustar los exquisitos platos que elaboran con mucho amor, pese a no ser unos profesionales de la cocina. Además, las personas de esta caseta se sienten como en casa. No en vano, pertenecen a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.