Los españoles están llamados a las urnas este domingo para elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo, una de las principales instituciones de la Unión Europea. Durante la jornada de hoy los partidos políticos ya no podrán solicitar el voto porque nuestra ley electoral establece la existencia de un día de reflexión previo a las votaciones, lo que hace que los miembros de las candidaturas y de las direcciones de las organizaciones concurrentes puedan descansar después de quince días de intensa actividad en una campaña en la que han tenido ocasión de transmitir sus mensajes y dar a conocer sus distintas propuestas para la legislatura europea que comenzará en las próximas semanas.
Si en algo coincidieron ayer los dos grandes partidos, PP y PSOE, en Melilla, es en que los melillenses vayan a votar, que no se queden en sus casas y participen en el proceso. De hecho, las decisiones que se adopten en el seno de la Unión Europea les afectan cada día más, no solo en lo que se refiere a la llegada de fondos y las inversiones que promueven, sino también en directivas sobre cuestiones tan importantes como el medio ambiente, la seguridad, la inmigración y un largo etcétera que hace que efectivamente sea muy necesario dar la opinión ciudadana a través del voto.
En el año 2019, la participación en Melilla casi alcanzó el 60%, lo cual supuso un aumento con respecto a la de 2014 de un 31,75%. Hace cinco años, el porcentaje fue realmente elevado si tenemos en cuenta que habitualmente a nivel general de toda España no suele ser muy elevado. Apenas si sobrepasó el 50% en 2019 frente al 42,61% de 2014. La tendencia, como queda de manifiesto, es al alza no solo en la ciudad sino también en toda España y ello implica que los españoles son cada vez más conscientes de la necesidad de votar en unos comicios que hasta hace muy poco eran vistos como algo muy lejano de la realidad diaria del ciudadano.
Es importante tener en cuenta que lo que se vote el domingo puede ser trascendental para lo que suceda en la Unión Europea los próximos cinco años. Hay retos de primer orden si nos situamos en el ámbito de Melilla. ¿Qué va a pasar con la Unión Aduanera? ¿Se logrará un estatus similar a la región ultraperiférica que recoja las singularidades melillenses? ¿Estará la ciudad en el Comité de Regiones? ¿Cómo se va a ver desde el Parlamento Europeo la situación del transporte?...
Son ahora mismo grandes incógnitas si solo nos miramos el ombligo porque hay otras cuestiones de gran interés como la defensa (la invasión de Ucrania por Rusia ha disparado todas las alarmas) y el papel geopolítico que debe jugar Europa en un contexto internacional tan complicado y cambiante como es el que vivimos en estos momentos.
Por eso el voto este domingo es tan fundamental. Se debe decidir qué propuestas son las más atractivas, cuáles merecen la confianza de los electores y tener presente que de lo que se decida van a depender grandes cuestiones de futuro, que pasan por la visión que tengan en cada momento las mayorías que se articulen en el seno de la Unión Europea.