El faro del Pueblo, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, ha cumplido 105 años y por ese motivo este sábado apareció engalanado con banderas de España en todos sus balcones. Fuentes oficiales del Gobierno han manifestado que el nuevo presidente de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, Francisco Díaz, ya está trabajando junto a su equipo de dirección en recuperar “el esplendor y la actividad” del faro.
Según las mismas fuentes, Díaz también toma las riendas para trabajar en la mejor imagen de Melilla la Vieja en todo su conjunto “permitiendo que los vecinos, melillenses y turistas “vuelvan a sentir orgullo por este lugar tan especial de nuestra ciudad”.
Los antecedentes históricos de la torre se remontan al siglo XVI, concretamente en 1515, cuando empezaron a levantar las murallas del fuerte de la Ciudadela. Entre estas, se construyó una torre de forma circular.
Con el paso de los años, se solicitó un faro para que hubiese una navegación más segura.
En el siglo XIX, el ingeniero jefe de la provincia de Cádiz, se redactó el Proyecto de creación de cuatro faros en la costa del norte de África, pero necesitaron modificaciones. Finalmente, el trabajo definitivo lo llevó a cabo el ingeniero José Enrique Rosende.
A principios del siglo XX se estableció al faro de Melilla una “luz blanca con ocultaciones de dos”. El tráfico marítimo era cada vez mayor y la luz de la torre vigía no era suficiente.
En 1916 se enviaron a la Jefatura de Málaga los planos de un nuevo aparato y una linterna para la torre. El ingeniero Manuel Delgado Delgado fue el encargado del proyecto con una financiación inicial de 76.376,83 pesetas.
Las obras comenzaron el 28 de junio de 1917 con la demolición del antiguo faro. A principios de 1918 comenzó la instalación del aparato y su óptica.
El faro de la Ciudad Autónoma fue inaugurado el 21 de julio de 1918. La lámpara era de 500 bujías de luz blanca, visible a 25 millas. El farero Pedro López fue quien puso en funcionamiento el nuevo faro.
Una curiosidad sobre la torre, es que su óptica pertenece a la empresa fabricante de vidrio británica Chance-Brothers, misma compañía que produjo el vidrio de las esferas del Big Ben en Londres.