El teólogo y escritor argentino Isa García ha levantado expectación con las tres conferencias que impartirá este fin de semana en tres mezquitas de Melilla: la Central, la del Real y la del Tesorillo. En estas charlas que han levantado ampollas en Marruecos y en el seno de la Comisión Islámica, hablará de cómo debe ser un joven musulmán; del profeta y de la necesidad de mejorar la comunicación al hablar del Islam.
Considerado como uno de los mejores traductores del Corán al español, Isa García, concedió una entrevista a El Faro en la que habló de su conversión al Islam, a los 18 años; de la diversidad en el Islam, del rigor en la práctica de su religión; de su posición ante el radicalismo y de la necesidad de que los musulmanes no se aíslen en guetos y permanezcan abiertos a participar en la sociedad.
Inmune a las críticas que llueven en cascada en vísperas de sus conferencias en Melilla, García se define como suní y además asegura que es "un activista interreligioso" que no se mete ni "con política ni con países". También recalca que "la fe en el Islam no es una fe ciega, sino una fe racional".
¿Cómo se atreve alguien en su sano juicio a meterse a traducir el Corán siendo como es un tema polémico y un trabajo tan farragoso?
Cuando yo me hice musulmán, allá por 1989, había en Argentina una traducción del sagrado Corán que estaba hecho por un orientalista que no era muy amistoso con el Islam. Muchos de los pies de página que tenía eran muy confusos y a mí, como nuevo musulmán, me hizo muy difícil esta tarea de empezar a entender el Islam. Lo que siempre me había quedado a mí eran las ganas de que hubiera una traducción del Corán que fuera amigable tanto con los nuevos musulmanes como con los no musulmanes.
Cuando yo me hice musulmán, yo tenía 18 años y mi familia, mis abuelos, mis padres enseguida empezaron a pedirme: "Danos una copia de tu libro para que nosotros podamos entender tu religión". Yo no me animaba a dar esa copia.
Una vez que terminé mis estudios islámicos, estudié idioma árabe y Teología Islámica durante 10 años en la ciudad de La Meca, después de 15 años de experiencia en traducción de textos islámicos, decidí dar el paso a este proyecto que me llevó 5 años. Yo hice la traducción, pero luego hubo otras personas que hicieron la revisión de los textos ya sea comparándolos con los libros de exégesis o interpretativos de cada uno de los versículos. Hubo también lingüistas en español porque esa traducción fue la primera hecha con el español que hablamos en América Latina. Todas las demás traducciones estaban habladas en el vosotros, de aquí de España, y a veces, para los latinos, suena como un texto lejano cuando en realidad, el lenguaje del Corán es un lenguaje muy íntimo: es de Dios al creyente. Entonces tiene que ser algo muy cercano.
Por eso fue que me animé después de tantos años a hacer una traducción que fuera entendible para los no musulmanes y para los nuevos musulmanes también.
Ha dicho que se convirtió a los 18 años. ¿Cómo fue ese paso? ¿Cómo decide uno ser musulmán?
Yo crecí en el seno de una familia cristiano-católica, tibia. La fe siempre fue muy importante para mí. Siempre iba a los grupos juveniles los sábados, tenía mis charlas y mis diálogos con Dios, pero hubo algún momento en el cual yo tenía ciertas dudas y no pude encontrar respuestas, evacuarlas a través de las respuestas que me daban en la iglesia. Entonces decidí buscar en otras religiones, en otras creencias.
Una vez me encontré con un musulmán y este musulmán empezó a hablar y una de las cosas increíbles que tiene el Islam y que para mí hizo click en ese momento es que la fe en el Islam no es una fe ciega, sino que es una fe racional. Todas las descripciones de Dios mismo y el porqué hacemos las cosas que hacemos como creyentes tienen que tener una causa racional. Esa fue una de las cosas que más me ayudó a ser musulmán. El poder entender a Dios. Como cristiano encontraba demasiados misterios que no tenían explicación. Como musulmán yo entendí, comprendí a Dios y también la forma de llevar una vida en la cual Dios estuviera complacida con ella.
Este fin de semana va a dar tres conferencias en las mezquitas Central, del Real y la del Tesorillo. ¿De qué va a hablar en esas charlas?
La primera de las charlas tiene que ver un poco con la identidad del musulmán. Está dirigida a jóvenes, qué es lo que es nos hace ser musulmanes, qué es lo que nos identifica como musulmanes y la necesidad de involucrarse socialmente; de la participación social; de que los musulmanes no se aíslen en guetos sino que estén abiertos a participar en la sociedad y a aportar a la sociedad dentro de lo que son los valores y la ética que uno tiene como musulmán.
Es decir, todos aquellos valores que obviamente son compartidos por todas las religiones, como ayudar al prójimo, ayudar a los ancianos, el bienestar animal, mejorar la sociedad, colaborar para impedir algunas de las cosas negativas que pueda haber en la sociedad. Todo eso, volcarlo como seres humanos. No necesariamente trabajarlo desde entidades islámicas religiosas sino desde todas aquellas asociaciones que están allí por ejemplo para cuidar a los animales de la calle. Nosotros como musulmanes tenemos enseñanzas que nos dicen que cada bien que uno haga a cualquier animal, te puedes ganar el paraíso otra vez.
Bueno, entonces es tratar de que nuestros jóvenes musulmanes salgan a colaborar y sepan que eso es algo que su religión les invita a hacer.
Después tengo otra charla sobre por qué es importante conocer al profeta Muhammad y esto es porque hace un tiempo; hace unos dos meses comencé un nuevo proyecto, que es una serie de cien episodios para dar a conocer al profeta Muhammad. Los musulmanes tenemos dos principios de fe: la creencia en un único Dios y que Muhammad es nuestro último profeta. Creemos en todos los profetas bíblicos anteriores, Moisés, Jesús, Noé, Abraham...
Yo soy una persona que participa muchísimo en el diálogo interreligioso. Conozco a los profetas de las otras religiones porque están mencionados en mi propio libro. Cuando hablo con personas de otras religiones menciono a Dios y tenemos ese puente de diálogo, podemos hablar del concepto que cada uno de nosotros tiene de Dios, pero en cuanto mencionas al profeta Muhammad, las personas no conocen prácticamente nada de él.
Entonces decidí hacer este proyecto que me va a llevar un año, que son cien episodios en los cuales describo o hablo sobre la vida del profeta Muhammad también pensando en los nuevos musulmanes; en los musulmanes que no tienen mucho conocimiento y especialmente en los no musulmanes para que también lo conozcan.
Todos estamos de acuerdo en que la ignorancia es algo que impide que haya puentes de entendimiento.
La última de las conferencias que voy a dar es algo que también está orientado a los jóvenes y es intentar mejorar la comunicación de la comunidad musulmana con el resto de la sociedad y es enseñar a los musulmanes cómo hablar sobre su religión. De alguna manera los musulmanes siempre somos preguntados: "¿Ustedes por qué hacen esto por qué hacen lo otro, por qué se comportan de esta manera, por qué tienen esta práctica o la otra?"
Algunas personas se sienten atacadas por su religión en ese momento y no saben cómo responder. Y algunas personas, como decimos los argentinos, sacan la guitarra y se ponen a inventar. Entonces esta conferencia viene un poco a hablar de por qué es importante que los musulmanes estudiemos nuestra religión y podamos desarrollar las herramientas necesarias para dar a entender el Islam a las personas con las cuales convivimos.
Con lo que hemos hablado hasta aquí no se entiende por qué hay tanto revuelo con su conferencia en las mezquitas de Melilla.
Pues los que dicen eso de mí es porque seguramente no me conocen ni han visto mis videos. Yo tengo redes sociales hace más de diez años. Yo soy un musulmán sunni. Sigo los libros que hay en mi tradición que son el Corán y la tradición del profeta Muhammad; soy ortodoxo respecto al entendimiento de mi creencia; soy argentino, vivo en Colombia, estoy en Occidente y entiendo que los musulmanes tenemos que convivir con el resto de las personas. Yo enseño un Islam de diálogo.
¿A qué atribuye usted que tenga tantos detractores?
Creo que es inevitable que cualquier persona, no importa el mensaje que transmita tenga detractores. Todos podemos estar de acuerdo en que el mensaje que trajo Jesús era un mensaje de paz y de amor y sin embargo, él también tuvo detractores. Es inevitable que todas las personas tengan detractores no importa cuál sea el mensaje.
Lo que sí me preocupa de algunas personas, incluso de detractores dentro de mi propia religión, es que hay personas que creen en un único y absoluto entendimiento de la religión que si no es el entendimiento que ellos tienen de la religión, esas personas deberían ser acalladas. Es decir, no hay espacio para ninguna diversidad respecto al entendimiento o interpretación de la religión. Todas las normas tienen una única visión, una única forma de ser aplicadas... Creo que ese tipo de visión totalitaria es algo peligrosa.
Sobre todo si nosotros estamos queriendo vivir en una sociedad multiétnica, multirreligiosa, diversa como es la sociedad en la que estamos viviendo.
¿Cuál es su posición frente al radicalismo en el Islam?
Quien conozca mis redes sociales desde hace muchísimos años sabe que yo trato de educar a la comunidad islámica y advertir, sobre todo a los jóvenes, en contra del radicalismo y del extremismo. En nuestros textos siempre se educa a las personas en la moderación y en la tolerancia. Por supuesto, hay momentos en los que el musulmán tiene que estar firme en sus creencias, pero sobre todo en lo que tiene que ver con la convivencia con las otras personas, el Islam siempre llama a una convivencia pacífica. A un respeto hacia las otras personas, pidiendo, obviamente, respeto hacia uno en su práctica. Y por eso, quizás uno de los vídeos más virales que yo tengo lo hice en el año 2015, cuando estaba todo el auge de la guerra en Siria y en Irak y había algunas organizaciones radicales tratando de pescar jóvenes aquí y allá; en Europa, en las Américas, y yo hice un vídeo exponiéndome a las represalias de los grupos que habían en aquella época, Isis, Daesh, Al Qaeda, diciéndole a los jóvenes que tienen que tener muchísimo cuidado; que no se dejaran manipular, que había grupos que estaban tratando de manipular y de aprovecharse del fervor religioso; de los deseos de justicia y llevárselos a zonas de violencia, a donde los musulmanes no tienen que ir.
Usted ha dicho que es suní, pero sus conferencias en Melilla han despertado cierta polémica porque se le asocia con el salafismo.
Creo que eso tiene que ver mucho con el lugar donde yo estudié. Yo estudié en la Universidad de La Meca, en Arabia Saudí y Arabia Saudí tiene un estigma con respecto a cómo se practica el Islam en ese país. Se identifican a todas las personas con el hecho de que han estudiado allí de que pertenecen a una ideología u otra. Lo cierto es que en todas mis clases yo soy muy claro en mencionar el versículo del Corán de donde saco mi enseñanza; la tradición del profeta de donde saco mi enseñanza, pero siempre estoy alejado de cualquier tipo de ideología.
Yo lo que enseño es la explicación de los textos sagrados. Y por eso digo que ese tipo de detractores, ese tipo de rótulos... me juzgan por el país donde yo estudié. No por el mensaje y las explicaciones que yo doy tanto en los libros que he escrito; en los cientos de videos en mi canal de YouTube, en mis redes sociales o en los libros que he traducido.
Como en toda religión hay escuelas de jurisprudencia, hay distintas tradiciones a lo largo de los 1.400 años que tiene la academia musulmana y hay un abanico de opiniones. Hay opiniones que han surgido durante ciertas épocas que están marcadas porque eran épocas de conflicto y uno puede llegar a traducir un libro histórico que habla de esa época, que no son las enseñanzas de cómo el Islam debería practicarse o enseñarse en la actualidad.
Quien conoce el material que yo enseño en la religión es difícil que me catalogue como radical. Sobre todo, entendiendo que el término salafismo es cuando se utiliza y se aprovechan de la fe, de la pasión religiosa de las personas para aplicarlo a la política. Eso es el salafismo. Una vez más, quien mire mis enseñanzas verá que soy una persona apartada de la política. Mis temas de análisis son los textos sagrados. Yo no me meto con política y no me meto con países.
Ha dicho que hay determinadas concepciones del Islam que no dejan espacio a la diversidad.
Para aquellas personas que tienen academia dentro del Islam, que profundizan en el conocimiento... El hecho de que yo haya estudiado tres años de idioma árabe, cuatro años de una Licenciatura en Teología, un año de especialización y otra enorme cantidad de especializaciones en distintas universidades me dan la autoridad para decir que hay muchas visiones, muchos análisis, muchas interpretaciones sobre fe, creencias y práctica del Islam. Por eso es que los musulmanes aceptamos que hay cuatro escuelas fundamentales de jurisprudencia. Por ejemplo, Marruecos adopta uno que la escuela Malikí; Pakistán y la India, la escuela Hanafí; Siria e Irak siguen escuelas como Shafi'i y los países del Golfo Pérsico siguen otra escuela de jurisprudencia que es la Hanbalí, que es en la que yo me eduqué.
Me pasa muchas veces que alguien me pregunta cuál es el veredicto sobre mi ayuno cuando me pasa esto o aquello. Yo respondo que en la escuela de jurisprudencia en la cual yo estudié, su veredicto es éste, pero usted tiene que mirar si esa es la escuela de jurisprudencia a la cual usted sigue o la que se aplica en el país donde usted vive.
Hay una flexibilidad con respecto a las escuelas jurídicas y también con respecto a unas posiciones teológicas. Es peligroso cuando hay personas que dicen: la única verdad es la que está en mi escuela de jurisprudencia y aquellos que no siguen lo que está en mi escuela, están completamente desviados o están yendo en contra del Islam.
Ese tipo de voces totalitarias, que las hay, lamentablemente, son los que dificultan el diálogo y hacen difícil la convivencia de los musulmanes con los no musulmanes y a veces entre musulmanes. Esto es parte de lo que llaman diálogo intrarreligioso.
Uno de los motivos por los que ha causado tanta expectación su llegada a Melilla es porque usted defiende el Islam más pegado a la norma. ¿Es musulmán quien no lleva barba? ¿Es musulmán quien no va a la mezquita todas las veces que hay que ir?
Tengo que reconocer que sí. Yo entiendo que cuando uno dice, soy musulmán y dice creo en Dios y creo en el profeta Muhammad lo que significa es que uno debe regirse por ciertas normas que son las que están en esa religión. Ahora, el hecho de que uno no las cumpla, no lo hace menos musulmán y de ninguna manera lo excomulga. Pero no decimos es lo mismo una persona que practica la religión, que una persona que no la practica. O una persona que practica poquito de su religión y una persona que practica mucho. No es lo mismo porque justamente eso es lo que significa practicar una religión. ¿Quién juzga esto? Quien lo juzga es Dios y él ha descendido un libro en el cual nos dice qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Yo no creo que eso sea ser rigorista en la religión.
En una ciudad multicultural como Melilla, en la que conviven varias religiones ¿no es peligroso ser tan riguroso?
Eso parte de un principio fundamental y es cómo vemos nosotros la diversidad. Si lo vemos como algo que fortalece, yo creería que no. Que cada persona pueda aferrarse a su propia cultura, a su propia religión a su propio idioma, a su propia vestimenta y veamos en eso algo lindo, algo bello, no creo que ser un musulmán apegado a mi norma vaya a ir en detrimento de la sociedad. Ahora, si vemos al diversidad como un peligro, todos tienen que ser blanquitos, claritos, hablar el mismo idioma, vestirse todos igual porque si alguien es distinto, eso es peligroso, en una sociedad que no valora la diversidad, que una persona tenga valores y creencias distintos eso puede ser interpretado como algo negativo.
Una persona como usted que ha estudiado mucho, tiene las ideas muy claras, pero entre una población con un nivel cultural bajo, el mensaje tiende a simplificarse. ¿No le parece preocupante la interpretación que se dé de ese Islam rigorista?
Lo único que yo puedo hacer al respecto es educar. Este mensaje llevarlo a todas las personas para que haya más convivencia y más respeto.
Me motiva sus palabras y su claridad, es un placer leer sus trabajos. Mis felicitaciones.
Dios es uno y no existe. Es la existencia. Y en la existencia se encuentra la variedad. Y en la variedad convive la diversidad. Que no es lo mismo Variedad y Diveresidad, Son diferentes contenidos de una 0quedad invisible , que el hombre configura en apariencia. Y sobre ella, establece una realidad. Pero la pregunta se hace inevitable. Porque dios es uno? En el uno, no existe nada. Sin embargo en la nada, si existe el uno. Y de ese existir, existe la existencia. Y ella nos impone una conducta y un itinerario. La conducta es saber que dios es una palara inventada por el hombre en su indefensa soledad. Y la existencia es una vida programada cuyo fin no es otro que la misma autoridad de un tiempo dibujado por el hombre. Dios y tiempo. Y el hombre sin saber otra cosa que la diversidad en la variedad. Jesús, rompe la norma y llama Padre. Esa palabra es clave, para saber, si es posible, que el Universo, además de un misterio sea también una familia. Porque de familia.se viene hablando desde mas allá del tiempo..
¿Porqué miente tanto si está subvencionado por Arabia Saudita? Vive de eso, del dinero que viene de Arabia. La prueba es que siempre es invitado en la mezquita de la M3 en Madrid. En la guerra de Siria se tienen fotos suyas enarbolando la misma bandera de 3 estrellas que enarbolaban El Frente Nusra y el Daesh. Y para colmo ha adulterado el Corán.