Todos estamos de acuerdo en que Melilla es una ciudad en la que no se conduce bien, que hay mucha violencia vial y que los resultados se ven en el número de accidentes y víctimas (no necesariamente mortales) que se producen a lo largo del año. Las estadísticas oficiales de Tráfico tampoco dejan mucho espacio a la duda: la mayoría de los años entre 1993 y 2021 la cifra de accidente supera los 300 casos siendo una ciudad pequeña y con pocos habitantes en comparación a otras capitales de provincia de la península.
En definitiva, se podría decir que Melilla sale como media a accidente diario en los últimos 30 años y cabe preguntarse si eso es normal. Solo en 2022, por ejemplo, llevamos ya tres víctimas mortales por otros tantos accidentes. En estos casos se trata de peatones; dos de ellos cruzaban pasos de peatones y la tercera fue arrollada por un vehículo cuando impedía que el coche se llevara por delante a su hijo.
Todas estas circunstancias nos deberían hacer reflexionar acerca de cómo lograr que se reduzcan los números relacionados con la siniestralidad vial. La educación en las normas de tráfico desde pequeños es una buena manera que tratar de parar la tendencia de accidentes pero no puede ser tampoco la única medida a tomar.
Concienciar sobre la necesidad de respetar la normativa es urgente en esta ciudad. Ya no son solo los conductores y el exceso de velocidad (1.300 multas entre enero y junio de 2022) lo que hay que tener en cuenta sino también los peatones que no circulan por donde deben, los ciclistas que se saltan los semáforos en rojo, los patinetes por las aceras o las motos que se meten en cualquier hueco provocando peligro de colisión.
La Policía Local hizo un plan de prevención en el año 2021 y, como expertos que son en la materia, debería respetarse lo máximo posible con controles exhaustivos que alerten de los peligros de una conducción improcedente. De hecho, un gran conocedor de tráfico, como es el director de la Jefatura Provincial, ha alertado también de que el factor humano es el primer motivo de los accidentes, como así atestiguan muchos estudios relacionados con la cuestión vial. Y cuando dicen factor humano no se refieren exclusivamente al conductor del vehículo, sino al conjunto de las personas que intervienen en el día a día del tráfico.