Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estuvieron en alerta la noche del jueves al viernes por la zona del Barrio Chino ante la posibilidad de se produjera un intento de salto que finalmente no ha tenido lugar.
Cabe recordar que ya la Guardia Civil desplegó cinco patrullas en la noche de este martes en las inmediaciones de la valla, alertados por una aproximación de migrantes en un punto cercano al Río Nano.
El incidente se produjo en vísperas de la celebración del Día de la Hispanidad y coincidiendo con la visita a Melilla de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, que vino a la ciudad a arropar a los agentes que tienen a su cargo la vigilancia de la frontera sur de Europa.
Desde el 24 de junio, cuando se produjo la tragedia en la valla del Barrio Chino, que dejó al menos 23 migrantes, sobre todo, sudaneses, muertos del lado marroquí, no se ha producido ningún otro salto al vallado fronterizo de Melilla.
Eso, unido a que la mayoría de los migrantes que pisan la ciudad terminan pidiendo asilo, ha dejado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) a medio gas. A día de hoy sólo hay 40 internos en un centro habilitado para acoger cerca de un millar. Gracias a la sentencia del Supremo que avala la libre circulación de los solicitantes de protección internacional, la inmigración económica está haciendo un uso abusivo de los canales habilitados para la protección internacional.
Tras la tragedia ocurrida en el Barrio Chino, que puso los ojos de Europa en la labor marroquí en la externalización de la vigilancia fronteriza, ha disminuido la presión migratoria, pero no podemos dar por hecho que es algo definitivo.
Y como viene siendo habitual, cada vez que el CETI se queda vacío, se aviva la presión fronteriza en la valla.