Occidente entero vive con horror la guerra en Ucrania. Quien más y quien menos ponemos los informativos de televisión, nos sumergimos en las redes sociales y buscamos en los periódicos para conocer cómo se desenvuelve ese monstruo entre las ruinas que van dejando los bombardeos.
Ya son más de dos millones las personas que huyen del terror. Son en su gran mayoría mujeres y niños. Atraviesan kilómetros y kilómetros de la tierra que los vio nacer para llegar a un destino seguro: Polonia, Eslovaquia, Moldavia, Hungría y Rumanía. Y allí se refugian agotados, asustados, expectantes.
Y nos preguntamos, ¿qué podemos hacer nosotros para ayudarlos? Muy simple: colaborar con lo que cada uno pueda.
Estas personas necesitan de todo lo que puedas aportar. Melilla tiene que demostrar, una vez más, que es una ciudad solidaria.
En este 2022 se van a cumplir los primeros 25 años de la rotura del maldito depósito de agua de Cabrerizas. ¡Menuda lección dimos los melillenses de solidaridad! Decenas de familias de Averroes quedaron sin nada pero se encontraron con un tsunami de donaciones.
Comida, medicamentos, ropa a mansalva, juguetes y todo lo necesario para los niños... Ingentes cantidades de solidaridad llegaban al Centro Asistencial, punto neurálgico para recibir tanta ayuda como la población prestó.
Fue un enorme alarde de empatía con el desfavorecido. Todo el mundo puso su granito de arena, por pequeño que fuera, conmovidos por la desgracia de unos convecinos que bastante habían sufrido ya con la pérdida de sus hogares.
¿Acaso nos vamos a negar a repetirlo ahora para los refugiados ucranianos? Por supuesto que no.
Hoy damos cuenta en este periódico de la reunión que han mantenido la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y los responsables de transportes Transeron y el Centro Comercial Murias, con la asistencia de técnicos de Aduanas y de Sanidad. El objetivo, establecer los cauces para hacer llegar la ayuda de los melillenses a las fronteras de Ucrania.
Es decir, se están sentado ya las bases para poner en marcha las ayudas a la población ucraniana en las fronteras.
Es el momento de que Melilla dé un paso al frente y derroche su solidaridad con los que sufren las consecuencias de la guerra.
Estaremos muy atentos a las noticias sobre la habilitación de puntos de concentración de ayudas para que todos tengan la referencia de a dónde dirigir su solidaridad.
A partir de ahí, cada uno tenemos que decidir qué es lo que aportamos porque cualquier cosa valdrá. Todos estamos llamados a participar. Pongamos a Melilla en el lugar que la solidaridad requiere