El Sindicato de Enfermería, Satse, señala como un objetivo prioritario la aprobación de una norma que permita acceder a la jubilación anticipada de manera voluntaria a las enfermeras y enfermeros de Melilla, ya que, además de dar respuesta a la problemática que les supone seguir trabajando en condiciones especialmente penosas y duras, se mejoraría la atención a ciudadanos y pacientes y el funcionamiento del Ingesa.
Una comunicación precisa que ese sindicato "viene reclamando el reconocimiento de este derecho laboral desde hace mucho tiempo e, incluso, antes de la pandemia ya inició distintas acciones a todos los niveles para lograr este objetivo que ahora, una vez superado lo peor de la crisis sanitaria, retomará con más fuerza y determinación en Melilla".
Subraya que "las enfermeras y enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales, como los policías, trabajadores del sector ferroviario, personal de vuelo o profesionales taurinos, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social".
Aclara que esa norma prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a pensión de jubilación pueda ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad. Recuerda que "unas duras condiciones que las enfermeras y enfermeros ya sufrían antes de la pandemia y que se han visibilizado y empeorado aún más en los dos últimos años de incansable lucha contra el Covid-19.
Considera Satse que la profesión enfermera es ejercida en más de un 85 por ciento por mujeres, y al vincularla socialmente a los roles que tradicionalmente se asocian al género femenino del cuidado (hogar, familia…), no se le reconoce suficientemente la gravedad de sus condiciones laborales.
“La sociedad no percibe la afectación psicológica, el estrés o el agotamiento emocional que provoca el contacto permanente con el sufrimiento humano. Por ello, no se están adoptando las medidas de compensación que ayuden a proteger su salud, también en la última etapa de su vida laboral”, apunta.
Advierte que su propuesta "no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la vida laboral de cada profesional.
Considera además que "la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada para las enfermeras y enfermeros de Melilla mejoraría la atención a pacientes y ciudadanos y al funcionamiento del Ingesa, dado que los enfermeros y enfermeras, por la naturaleza de su trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia, que se ven afectadas a causa de la evolución cronológica natural de las personas".
También que de aplicarse esta norma al sector de la enfermería, ello traería como consecuencia "la contratación de nuevos profesionales, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los centros sanitarios del Ingesa".
Las acciones que realizarán
Satse anuncia que mantendrá reuniones y contactos con responsables del Gobierno estatal, consejerías de Sanidad autonómicas y partidos políticos en el Congreso de los Diputados y Senado y realizará jornadas y actos diversos en centros sanitarios de todo el Estado. Unido a ello "difundirá distintos materiales informativos (cartelería, folletos…) y realizará todo tipo de acciones de comunicación online y offline".
Los riesgos del sector
Alerta Satse que las condiciones laborales de las enfermeras y enfermeros de Melilla "son especialmente duras y penosas a lo largo de toda su trayectoria profesional, ya que se ven sometidos a numerosos riesgos que son intrínsecos a su profesión y que influyen de manera decisiva en su salud".
Subraya entre otros, "los riesgos de tipo psicosocial, remarcando el hecho de que todos los enfermeros y enfermeras tienen un contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, lo que supone una carga emocional muy importante que los acompaña a lo largo de toda su dilatada trayectoria profesional. También alude a los riesgos biológicos (contagios por cortes, inhalaciones, pinchazos…), químicos (medicamentos peligrosos, alergias a material…), físicos y mecánicos (ruidos, iluminación, temperaturas, sobrecarga física, riesgos de caídas, radiaciones ionizantes…) o las agresiones físicas y verbales".
Recuerda la organización que la labor de los enfermeros y enfermeras "conlleva, además, la necesidad de prestar servicios de manera permanente y continuada a lo largo de todo el día y el año, lo que requiere que se trabaje a turnos y por las noches, festivos y guardias. Todo ello impide al organismo adquirir hábitos naturales de sueño, alimentación y descanso cuya alteración, según multitud de estudios científicos, afectan a su salud y bienestar psicosocial".
Cita datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que señalan que "los profesionales de turno de noche pierden 5 años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche, o que un estudio publicado por American Journal of Preventive Medicine concluye que existe mayor mortalidad asociada al turno de noche, de hecho, las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un 11 por ciento más de riesgo de muerte".