Jesús Delgado Aboy, presidente de Proyecto Melilla, está convencido de que las mejoras en la fiscalidad no serán suficientes para atraer empresas a nuestra ciudad autónoma.
“Para ello –ha dicho-, lo primero que habrá que hacer, tal y como hace Ceuta, es dar a conocer esas ventajas fiscales acudiendo a todo tipo de eventos nacionales e internacionales en los que esas ventajas fiscales que tiene la Ciudad Autónoma de Melilla puedan ser un atractivo para las empresas”.
De acuerdo con el líder de Promesa, “Ceuta está volcada con la captación de empresas que puedan localizarse en esa ciudad. ¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo?”
Por otro lado, Delgado Aboy asegura que “Promesa tiene que dejar de ser, a la mayor brevedad posible, un cajón de burocracia del que sólo se sacan ayudas y subvenciones. Hay que agilizar los procedimientos, hay que minimizar el tiempo de respuesta a las demandas de los ciudadanos y, además, hay que situarse a la cabeza de las ideas y proyectos que sean capaces de dotar a Melilla de una alternativa económica veraz y realizable, que venga a suplir las carencias derivadas del cierre de la frontera que han sufrido nuestros empresarios y comerciantes”.
En aras de conseguir esos objetivos, estima que lo primero sería “modificar los estatutos, posibilitando que decisiones que son vitales se puedan adoptar de una manera más ágil. De igual modo, los procesos de fiscalización o control de ayudas habrá que controlarlos más para que episodios como los que se han denunciado no se vuelvan a repetir, al tiempo que se agilicen los trámites burocráticos que, o bien impiden dar ayudas, o en su defecto retrasan sus concesiones, como sucede en la mayoría de los casos”.
Finalmente, se ha mostrado satisfecho porque ya se plantean posibles ayudas a los empresarios radicados en las inmediaciones de la frontera de Beni Enzar.
“Es muy interesante explorar en esa zona de la ciudad nuevas vías de negocio para esos empresarios puesto que hablamos de decenas de empresas que obviamente, y tal y como está la situación de la frontera y las relaciones con Marruecos, inexcusablemente tendrán que apostar por su reconversión”.