Para cientos de personas de la península, Melilla es la gran desconocida de la geografía española. No conocen la belleza de sus playas, la calidez de gente, su gastronomía que es mezcla de culturas ni la amabilidad de su gente.
Algunos de quienes vienen por primera vez a Melilla la describen como una “ciudad dorada”, llena de edificios modernistas, con un patrimonio histórico de relevancia y con una joya como es Melilla la Vieja.
El turismo es una potencial fuente de ingresos para la ciudad, pero para ello se necesita que vengan más visitantes, con recursos para que dejen dinero en la ciudad y den el empujón para reflotar la economía melillense.
La Consejería de Turismo basa su política en tres pilares que deben desarrollarse de manera paralela. Abaratar los precios de los billetes para que más personas visiten Melilla, promocionar la ciudad fuera de nuestras fronteras para atraer turistas y buscar nuevos nichos de mercado con el objetivo de trabajar en ellos y potenciarlos.
Ya comenzó con la implementación de los bonos de turismo que, según el consejero Mohamed Mohand, ha tenido una buena acogida debido al “importante número” de solicitudes que han recibido. Anunció, además, que en noviembre hará una parada en la ciudad un “megacrucero” con decenas de pasajeros. Esta una buena noticia tomando el cuenta el parón que tuvo este sector debido a la crisis sanitaria del coronavirus.
El impulso del turismo local no deben ser solo políticas y debe ir acompañado de la ampliación de la oferta hotelera y de propuestas para que los visitantes deseen venir a descubrir Melilla.
El turismo es una apuesta que no se puede desaprovechar. Melilla está para ser descubierta.
Un servidor ha estado en varias ocasiones en Gibraltar y este pasado agosto en Andorra y no puedo sino sentir "envidia " de lo bien que se han montado el chiringuito en base a una fiscalidad ventajosa que les ha proporcionado bienestar económico e ingresos que repercuten en el nivel de vida de los habitantes de esos territorios.
Es cierto que el vecino no presenta comparaciones equiparables ni forma parte de la UE como los casos citados, pero podría enfocarse el asunto como una ciudad de compras atractiva para el visitante foráneo donde encontrar todas las marcas habidas y por haber de bebidas, moda, ropa deportiva, accesorios para caravanas, motoristas, 4x4, etc. El modelo andorrano sería un ejemplo a seguir permitiendo cierta laxitud con los viajeros en los aeropuertos y puertos peninsulares al retorno.
Y no cerrarnos a explorar otras vías como Argelia y enfocarse a la venta de artículos de calidad al detall para marroquíes de clase media como había sido costumbre hasta hace no mucho.