Después de meses de confinamiento, de aprender a vivir en una “nueva normalidad” en la que se mantiene la distancia social y donde el uso de la mascarilla es obligatorio, la flexibilización de las medidas para la celebración de las fiestas de Navidad ha provocado un aumento de casos de coronavirus en la ciudad.
Melilla y el mundo siguen enfrentando una pandemia. Eso no se puede olvidar. El virus sigue pululando y está al acecho para atacar. Relajarse unas horas, unos días, puede significar dar varios pasos atrás y entrar en una fase 4, con nuevas medidas.
En solo 24 horas, el pasado lunes, se detectaron 53 nuevos casos de Covid en la ciudad. Una cifra similar se registró el pasado 5 de enero cuando fueron 56 los positivos. Estos datos se producen después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y cuando la ciudad había logrado disminuir el número de contagios.
La cantidad de personas que han superado la enfermedad continúa fluctuando, pero hemos vivido jornadas en las que se cuentan por decenas.
La esperanza se mantiene en la vacunación. La Ciudad ya aplicó el 100 por ciento de las primeras mil dosis recibidas y espera otros lotes. Este martes, llegaron al país las vacunas de Moderna, de las que corresponden 800 dosis a Melilla que arribarán hoy a la ciudad. Esta vacuna junto a la de Pfizer son grandes herramientas con las que se cuenta, hasta ahora, para ganarle la batalla al Covid-19. Melilla es, además, la primera región de España en suministrar la totalidad de las primeras dosis recibidas.
Estos son pasos en la lucha contra una pandemia de grandes dimensiones. La vacunación es importante, pero también la conciencia y la responsabilidad ciudadana.
El 2020 fue un año de aprendizajes y de adaptación a una nueva normalidad. Los abrazos y los besos quedaron limitados al círculo más cercano, a las personas con quienes se convive. Las grandes reuniones de personas, con amigos y familia, aún deben esperar porque el coronavirus sigue al acecho. Es momento de aplicar las lecciones aprendidas para frenar la pandemia.