Varias mujeres, tras dar a luz por primera vez, pueden encontrarse con dificultades al tratar con temas como la lactancia y llevarla a cabo sin ningún tipo de problema. Para guiar a estas madres, la Asociación de Lactancia y Apego Materno de Melilla, da una atención personalizada, según cuál sea la necesidad.
Esta asociación trabaja desde hace cuatro años a través de un grupo de Whatsapp, además de hacer visitas domiciliarias a las madres que lo requieren.
La presidenta de esta organización, Mar Verdegay, afirma que algunas de sus actividades “son fijas, como la atención continuada a las madres lactantes mujeres que bien están dando el pecho o quieren darlo”.
Con tres años dentro de la asociación, Verdegay asevera que “las mismas matronas son las que las derivan a la organización”. La atención sanitaria no puede ocuparse de todas las madres de manera individual porque “es bastante limitada”.
“Nosotras lo que hacemos es consultar cuál es el caso y el problema que tienen. Si se da la circunstancia, hacemos una visita. Vamos a su domicilio para dar una atención personalizada. Todo relativo a los problemas que pueda estar teniendo con la lactancia”, dice Verdegay.
Actualmente, la asociación cuenta con tres personas. Por otro lado, hay varias madres y profesionales que actúan como apoyo, como sanitarios y personal de nutrición. “Todas las dudas se resuelven al momento por vía whatsapp”, afirma la presidenta. “Siempre intentamos que sea algún profesional el que responda las dudas que se puedan plantear, aunque casi siempre son las mismas cuestiones”, agrega.
Con una experiencia ya adquirida, algunas madres salen del grupo, mientras que otras se quedan para atender a las nuevas y dar apoyo. Verdegay resalta que algunas de ellas “quieren pasar página y que no se quieren quedar”. No importa quién esté o deje de estar porque siempre hay alguien que está ahí para cualquier duda o necesidad: “Somos muchas y algunas ni nos conocemos”.
Principales problemas
Según la presidenta de la Asociación de Lactancia, los problemas que se suelen dar entre estas madres son “ de posición y de grietas”, además de desconocer alguna situación: “Lo mismo piensan que no tienen leche o que el niño se queda con hambre. Mil dudas. Y según el entorno de la madre, según la experiencia también que esta tenga, los problemas pueden ir a más”.
Por esta razón, el Whatsapp o una llamada “no es suficiente y puede que la madre lo que quiere es que se vea el problema y se le ayude de una forma un poco más cercana”.
Actividades
Además de las atenciones básicas, la Asociación de Lactancia y Apego Materno, organizar eventos, como dos exposiciones de fotografía sobre la lactancia, además de talleres de nutrición.“Lo que pasa con los talleres es que si los hacemos acude poca gente. Entonces si cuesta trabajo montarlo y acuden pocas personas, a veces ni nos interesa realizarlos”, dice Verdegay.
A pesar de ello, la organización “va bien” con la atención personalizada: “Siempre intentamos hacer cositas para las madres, también lo que nos permite nuestro tiempo, porque todas somos trabajadoras. Pero sacamos el tiempo de donde podemos. Aunque es una labor difícil”.
Como en cualquier cometido, Verdegay subraya que se han conseguido lactancias exitosas, y otras no tanto, pero destaca que “se hace lo que se puede”.
Salas de lactancia
En cuanto a la habilitación de salas dedicadas expresamente para que las madres puedan dar el pecho a sus hijos, Verdegay opina que estas habitaciones “son un complemento”, pero como defensora de la lactancia no cree “que deba haber un sitio particular para hacer esa labor”.
La presidenta considera que estas salas pueden implicar que las madres “busquen un sitio oculto” para alimentar a sus hijos y piensa que sus compañeras de la asociación están de acuerdo en esta opinión.
Aunque haya una mayor concienciación sobre la naturalidad de dar el pecho, Verdegay afirma que en ocasiones la lactancia se suele asociar desde un punto de vista sexual, por el pecho de la mujer. “Diferenciar ese punto es complicado porque vivimos en una sociedad machista, lo que genera que muchas mujeres se tapen, se oculten o se vayan a otro sitio. Estamos a años luz de conseguir la normalización”, concluye la presidenta de la asociación.