Las autoridades marroquíes han abortado dos intentos de entrada a Melilla protagonizados por un grupo de alrededor de 90 ciudadanos marroquíes, ocurridos en dos días consecutivos durante el pasado fin de semana. Los hechos se produjeron en las inmediaciones del paso fronterizo de Farhana, según ha informado La Razón, y han derivado en la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía de Nador.
El grupo, compuesto en su mayoría por jóvenes marroquíes, intentó acceder de forma irregular a territorio español mediante un salto coordinado a la valla. Ambos intentos fueron contenidos por las fuerzas auxiliares marroquíes, que desplegaron dispositivos de contención en la zona fronteriza. Según fuentes del medio citado, ninguno de los intentos logró su objetivo y no se registraron heridos ni detenidos.
La Fiscalía de Nador ha decidido abrir diligencias para esclarecer la organización de estos movimientos, que se produjeron con apenas horas de diferencia y podrían haber estado coordinados. Las autoridades marroquíes investigan ahora si detrás de estos intentos se encuentran redes de tráfico de personas o movimientos sociales espontáneos, impulsados por la situación económica o la presión migratoria.
Estos incidentes fronterizos se producen en un contexto de creciente preocupación en Melilla por la reducción del número de agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP). Tal como publicó recientemente El Faro de Melilla, el Ministerio del Interior ha recortado efectivos de esta unidad especializada en control de masas y vigilancia del perímetro.
El recorte ha generado malestar entre los propios agentes, que consideran que la disminución de recursos humanos puede afectar gravemente a la capacidad de respuesta ante posibles entradas irregulares, disturbios o situaciones de tensión en la frontera.
Fuentes sindicales y policiales han advertido de que estos movimientos en la plantilla se producen en un momento especialmente delicado, en el que se han detectado nuevos patrones de intento de entrada masiva, como los intentos frustrados por Marruecos el pasado fin de semana.
Aunque el Ministerio del Interior ha apostado por reforzar tecnológicamente el perímetro fronterizo con cámaras térmicas, sensores y vigilancia aérea, expertos en seguridad y representantes policiales subrayan que “la presencia física sigue siendo esencial” en el terreno, especialmente en momentos de alta presión migratoria como el actual.
Los últimos intentos frustrados por Marruecos confirman que el flujo migratorio sigue activo y que las redes de organización de saltos no han desaparecido del todo. A pesar de la colaboración con las autoridades del país vecino, la vigilancia constante sigue siendo clave para evitar nuevas entradas.
El presidente de la Asociación Gran Rif pro Derechos Humanos, Saïd Chramti, afirmó que “la zona necesita hoy un apoyo real y directo por parte de España y de la Unión Europea, mediante la financiación de proyectos sociales y económicos en Beni Enzar y Farhana, ejecutados en colaboración efectiva con las asociaciones locales”.
Añadió que “el enfoque puramente represivo no es suficiente para frenar la inmigración irregular; es imprescindible acompañarlo con soluciones de desarrollo que generen oportunidades reales para los jóvenes y mejoren las condiciones sociales de la población”.
Beni Enzar y Farhana no son meros puntos de paso, sino espacios vivos que reflejan los desafíos sociales y económicos de una población que busca una vida digna. Por ello, se hace necesario que las instituciones españolas adopten un enfoque humanitario y de desarrollo compartido, basado en la colaboración directa y el apoyo concreto a esta zona fronteriza.
Melilla continúa siendo uno de los puntos más sensibles del control migratorio europeo, por su posición como frontera terrestre entre África y la Unión Europea. La estabilidad en esta zona depende de la cooperación bilateral con Marruecos, pero también del refuerzo de los recursos propios.
Hasta ahora no se han producido nuevos intentos, pero las fuerzas de seguridad permanecen en alerta ante la posibilidad de que se repitan estos movimientos en grupo, organizados o espontáneos.









Siempre nos quedará Melilla!!