La educación en el seno familiar y escolar es el factor más importante para evitar enfermedades derivadas de la obesidad.
La obesidad infantil garantiza que esta enfermedad siga presente en la vida adulta del niño y además provoca la aparición de la diabetes de tipo dos. Por ello, es importante que los pequeños de la casa adquieran desde las edades más tempranas buenos hábitos de alimentación y que los mantengan a lo largo de su vida. Este fue el contenido de la charla ofrecida el pasado viernes por la profesora del ciclo Socio-sanitario del IES Reina Victoria Eugenia, María José Velasco, dentro de una de las iniciativas del centro llamada ‘Desayuno saludable’.
El pasado sábado se celebró el Día Mundial de la Alimentación, un pretexto excelente para concienciar a los jóvenes melillenses sobre la necesidad de aprender buenos hábitos de alimentación que les alejen del consumo excesivo de la bollería industrial, las chucherías y dulces o la comida rápida. “Son algunos tipos de alimentos que se deben comer de manera muy esporádica, si acaso los fines de semana e intentar el resto de la semana tener una dieta lo más equilibrada posible”, apuntó esta profesora.
Una vez que los malos hábitos están instalados en el niño es más complicado modificarlos que si éstos se adquieren desde pequeños en el seno familiar y también desde el ámbito educativo. Ambas instituciones deben colaborar en esta materia para evitar la cada vez más incidencia de problemas como la obesidad infantil que provocarán en la vida adulta del niño muchas enfermedades asociadas como las antes mencionadas e incluso otras como los problemas cardiovasculares a causa del sobrepeso y los altos niveles de colesterol.
Campañas de concienciación
En toda España los centros educativos ponen en marcha campañas de sensibilización y concienciación ante los casos crecientes de obesidad infantil. “No hace falta tener los datos en la mano, sólo hay que echar un vistazo alrededor y darse cuenta que cada vez existen más casos”, apuntó Velasco.
“Tenemos que transmitir a los niños hábitos saludables cuando aún son pequeños porque es mejor a esa edad que en plena adolescencia que es más complicado”, insistió la profesora. Y es que no sólo la educación temprana juega un papel fundamental. “Hay que ser constantes e incidir permanentemente en esos buenos hábitos. No hay que llegar al extremo de prohibir la bollería o la comida rápida pero sí restringirla lo máximo posible”, añadió.
De hecho, en países como Estados Unidos, y otros más cercanos como Francia han creado leyes específicas para prohibir el consumo de bebidas azucaradas y gaseosas y alimentos envasados entre la población juvenil. “Este tipo de alimentos envasados, desde el punto de vista nutricional, no aportan nada al organismo. Es lamentable que se tenga que recurrir a las medidas más restrictivas para que esto funciones, pero pone de relieve la necesidad, una vez más, de proporcionar una educación al respecto y perseverar en ello”, argumentó Velasco.