El Museo de Arqueología e Historia de Melilla forma parte de la red museística de Melilla La Vieja. Junto a este museo, se encuentran el Museo Etnográfico de las Culturas Amazigh y Sefardí, y cerca de él, la Casa del Reloj. Faro ha salido a la calle para descubrir las piezas que atesoran estos museos y su importancia para conocer la historia de la ciudad.
El Museo de Arqueología, también conocido como Museo de las Peñuelas, se encuentra en unos antiguos almacenes que datan del siglo XVIII. Se utilizaba como depósito de granos, y más tarde, fue utilizado por el Ministerio de Defensa para la Compañía de Mar.
En 2009 fue restaurado por los arquitectos Mateo Bazataqui y Manuel Ángel Quevedo para convertirse en museo.
¿Qué se puede ver?
En el museo de historia se muestra un viaje a lo largo de lo que ha sido Melilla desde sus primeros orígenes. Su director Francisco Alfaya, más conocido como Anchi, ha contado a El Faro que el museo comienza mostrando los alrededores de Melilla, concretamente las Islas Chafarinas, que es donde, dice el director, se encontraban los primeros moradores hasta el ensanche que se produjo en la ciudad, que es tal y como la conocemos hoy en día.
Entre las exposiciones hay restos arqueológicos que han ido apareciendo por lugares de importancia. Algunos como una draga en el puerto donde aparecieron monedas, del cerro de San Lorenzo, lugar donde se han encontrado más restos y la Casa del Gobernador.
Como pieza destacada se pueden ver unos pendientes de oro de La Paloma (I antes de Cristo), el esqueleto de una mujer que se expone en el museo y convertidos en un icono de la ciudad, incluso se pueden comprar copias en algunas joyerías. En esta pieza se encontró en 1904 en las excavaciones de San Lorenzo. Se pueden encontrar desde restos de vasijas con más de 7 siglos de antigüedad, ánforas o monedas.
En una vitrina del museo se muestran los biberones, con forma de delfín y de perro, de la misma época que los pendientes de la Paloma.
Además de exposiciones, hay una representación de una cabaña del Paleolítico. Está inspirada en una excavación que se encontró en las Islas Chafarinas. Uno de los principales elementos que tenían eran las focas o los huevos de avestruz. En las vitrinas que están junto a la cabaña hay piezas que utilizaban en esta época como lanzas, picos o puntas de flechas del Paleolítico y Neolítico.
Todas estas exposiciones han sido donaciones o proceden de excavaciones que se han ido haciendo por la ciudad a lo largo del tiempo, para posteriormente catalogarlas y mostrarlas en este espacio.
Los colegios suelen ir a hacer excursiones al museo. Lo que más llama la atención a los niños es una maqueta interactiva de Melilla, escala 1:1 de la época. Cuando se pulsan los botones se ilumina la parte correspondiente en el mapa. De esta manera se conocen los puntos de interés y se divide la ciudad por épocas.
Justo es maqueta, la ha explicado Iván García, uno de los guías del museo. Es una recreación de cuando se conquistó Melilla, dice, solo había una pequeña zona, conocida hoy como la Plaza de Pedro Estopiñán. La segunda y tercero donde está la Plaza de Armas, y el cuarto con los Fuertes de Victoria Chica y Victoria Grande. En este último una vez que se terminó la guerra con el norte de África, el cañón El Caminante, delimitó la ciudad de Melilla, cuenta Iván.
Horario del Museo
Ahora mismo el horario del museo es el horario de verano:
De martes a sábados de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00.
Domingos: 10:00 a 14:00.
Los lunes permanece cerrado.
Museo Etnográfico y de las Culturas Gitana, Amazigh y Sefardí
Este museo está adosado al Museo Arqueológico y muestra piezas que dan a conocer las distintas culturas de la ciudad.
En este museo se puede ver su exposición estrella, una representación de una jaima donde vivían los nómadas de la cultura Amazigh en la antigüedad. También se puede observar la representación de una sinagoga o la Torá, el libro sagrado de los judíos.
La primera cultura que podemos ver es la Sefardí, la pieza más importante es la recreación de la Sinagoga de Orzanguano y una Torá. Iván explica que este libro sagrado ni siquiera lo pueden tocar con las manos. En la parte superior hay unas piezas para poder manipular con facilidad la Torá que solo la puede utilizar la persona con más nivel religioso.
El guía del museo ha explicado a El Faro que los nómadas de la cultura Amazingh vivían en jaimas, cuando acababan los recursos del lugar se iban a otro. Su lengua, el tamazigh, debido a su vida nómada, tenía más de 4.000 variedades, lo que era complicado para comunicarse entre ellos.
El exterior de las jaimas, dice el guía, se hacían con pelo de camello o de cabra porque debido a las altas temperaturas, el material tenía que ser muy resistente, y este lo era.
En el museo se muestra joyería, ellos eran grandes artesanos de joyas, tal y como explica Ivan.
La última cultura es la gitana. Muchas personas se creen que vienen de Bulgaria, pero como explica el guía del museo, provienen de la zona del Punyab (la India). Alrededor del año 1.000 hicieron un éxodo, cuenta, y se movieron hacia Europa. en 1425 llegaron a España por primera vez y sobre el siglo XVII aproximadamente llegaron a Melilla. Ivan explica que el primer indicio de cultura gitana fue en 1637, una carta de defunción de una persona de etnia gitana.
En otra de las salas, se exponen camisones de novia propios de la cultura gitana, peladillas, que se utilizaban para lanzar sobre la novia en día de su boda como señal de pureza y virginidad o joyas.
Museo Ibañez
Este museo se encuentra dentro de la Torre de Vela. Es una exposición cedida por Ibáñez, un artista almeriense, que estarán expuestas hasta este año.
Aquí hay cuadros de pintores españoles como Goya, Picasso o Dalí, pero la joya de la corona del lugar es la batería real, formada por 6 cañones que se encuentran en la azotea de la torre.
Dentro de este espacio museístico se encuentra una capilla, que según cuenta Ivan, se hizo durante el siglo XVI mientras se construía la actual iglesia del pueblo. El cura daba el sermón en esta capilla y los fieles lo escuchaban desde la plaza.
En la parte superior encontramos dos huecos donde se ponían figuras religiosas y sobre las rocas se ven símbolos de los canteros, la mano de obra que construyó este espacio. Es de estilo iberoamericano.
Cuando se terminó la iglesia, se cerró la capilla y hasta 2012 no se abrió, por casualidad, dice Iván, que se movieron muros y se descubrió. Además de la capilla también cuenta con un calabozo que al principio fue una escalera hacia la Batería Real.
El guía explica a El Faro que la Batería real es la pieza más importante del siglo XVI. Sobre 1525 hasta 1546 se construyó como forma de defensa con el norte de África. Al final de la azotea hay un espacio donde se guardaba la pólvora.
En estos tres museos que forman parte de la red de Melilla La vieja, se puede conocer la historia de Melilla y de sus culturas a través de joyas, cañones, iglesias, ánforas o de representaciones de cómo vivían y actuaban los antiguos pobladores de la ciudad.