A finales del pasado mes Francisco Peinado se entrevisto con la directora de la biblioteca municipal Luis Parra, Pilar Cámara Rey. Hasta la biblioteca, que se encuentra en Villanueva del Pardillo, un municipio madrileño, acudió Peinado para obsequiar su último libro escrito y editado por él, Camilleros de una época, Melilla 1090-1970. El Brigada Gálvez.
Donde la historia de aquella época melillense, está presente en los camilleros (sanitarios), que dieron su tiempo y a veces la vida por el prójimo, sin pedir nada a cambio.
Peinado mantuvo una conversación, con la directora Pilar Cámara, a la cual recordó su promesa de visitar Melilla. “No te olvides y, cuando tengas tiempo, te esperamos en la tierra de todos. Somos un crisol de culturas y la segunda ciudad de Europa que más edificios modernistas tiene. Te gustará”, le dijo el artista melillense.
Francisco Peinado poco a poco va consiguiendo dar a conocer Melilla que en los lugares que visita, ya sea en la península o en el extranjero -y son unas pocas ciudades-, bien exponiendo o dando una conferencia de su tierra, Melilla o explicando el tema escrito (sus libros).
Siempre procura contactar con la dirección de las bibliotecas municipales del lugar, ofreciéndoles no solo sus libros sino algunos de Melilla, para que en tengan un apartado esta tierra y para que conozcan este punto español en el norte de África.
Próximo libro
Peinado adelanta que tras cinco años ya tiene listo el nuevo libro sobre Villa Sanjurjo-Alhucemas, que espera que guste como estos últimos editados de la historia de la ciudad de Melilla.
El libro narra la historia y crecimiento de una ciudad en el Protectorado Español, entre los años de 1925 al 1956, y en él se cuenta su cronología y, sobre todo, se habla sobre sus gentes y sus vivencias.
Un pueblo pionero que tuvo que hacer, de nuevo, sus maletas y comenzar en otro lugar, pero que después del primer disgusto, se recuperó y surgió nuevamente, encontrándose entre ellos al pasar de los años, formando una asociación y viviendo algunos días al año, casi todos juntos recordando sus vidas en aquella tierra que siempre llevaran en sus corazones y que aun hoy día siguen visitando.
"Alhucemas –Marruecos- que hoy por hoy es una ciudad extraordinaria y moderna donde sus playas y sus gentes nos invitan a visitarla por su amabilidad y atenciones y por el acercamiento de una historia compartida”, comenta el artista melillense.
Tazas
Por otra parte, Peinado ha editado una colección de 10 tazas en transfer en cerámica, donde figuran motivos de Melilla, realizados por el artista en pirograbado.
Esta primera colección será única y se compone de 10 piezas: vista del Faro de Melilla la Vieja 2025; detalle del Faro de Melilla la Vieja 2025; Puerta de Santiago 2025; calle San Miguel 2025; Comandancia General de Melilla 2025; calle Sor Alegría 2025 (edificio modernista); Teatro Kurssal 2025 (edificio modernista); antiguo Telegrama del Rif 2025 (edifico modernista); antigua Cámara de Comercio 2025 (edifico modernista), y antiguo Café Ingles 1930.
Las próximas colecciones que irán saliendo, se compondrán de cinco temas melillenses, totalmente distintas a la primera colección, llevaran otras obras de pirograbado impresas en transfer, pero siempre temas de Melilla, comenta el artista.
A finales del mes de septiembre de este año de 2025, Peinado expondrá sus nuevas obras realizadas en pirograbado, donde también tendrán la oportunidad de verse acuarelas y dibujos a tinta china del propio artista.
Peinado apadrinará a un artista motrileño. Su nombre Nicolás Sánchez, nació en 1951 y comenzó su andadura en el mundo artístico en el 2019.
No es la primera vez que el artista melillense apadrina a los artistas noveles, dándole su apoyo y ayudándole en sus inicios.
“Nico, para los amigos, es un artista que quiso comenzar antes a pintar, pero su trabajo diario no le permitía tiempo para ello, una vez ya retirado del horario fijo de todos los días, decidió incorporarse a este mundo tan difícil y a la vez maravillo del arte. Hablando con él, me comentaba 'Ahora echo más horas que antes, pero es un trabajo agradable y reconfortante, pues cuando pinto me encuentro superior y una vez que empiezo quiero terminarlo, eso sí, sin prisas, para comenzar otro de nuevo y luego otro… y así hasta que el cuerpo aguante”. Nico ha descubierto su camino pictórico, el cual le dará muchas satisfacciones, pues para el poco tiempo que lleva con el aceite de linácea, ya maneja los pinceles como un maestro. Sus retratos, son eso, retratos, no pone ni quita nada y al verlos te sientes identificado con él, ya que el parecido con el modelo o la modelo, es real. Y en la profundidad de la visión, Nico, saca el espíritu del que plasma en su lienzo, con limpieza, sin esconder nada y con la mano inocente de los que empiezan, con la pureza de un color sencillo y agradable. El nuevo artista trata los bodegones con rigor, con fuerza, sombras claros oscuros marcan el camino de la fruta, la botella o el cántaro de chapa, su inquietud en las pinceladas, plasma la realidad del bodegón”, apostilla Peinado.