Thalía de Molina ha sido la invitada para inaugurar el curso de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ‘Discriminaciones en el tránsito de mena a adulta inmigrante en España’.
Se trata de una chica transexual procedente de Marruecos que llegó a Melilla tan pequeña que no se acuerda del momento. Con su familia, afrontó problemas porque, según ha contado, este tipo de personas no son bien vistas en el tipo de entorno familiar como el suyo.
Thalía ha apuntado que no ha encontrado “demasiada dificultad” en su vida por su condición sexual, aunque sí alguna en el centro de la Divina Infantita, donde, por suerte para ella, se entendió bien con sus compañeras, a quienes califica como sus hermanas, y en su pabellón siempre estuvo “bien y a gusto”. En concreto, pasó dos épocas allí. Primero, desde los siete hasta los 12 años y luego a partir de los 15. Entre medias, pasó esos tres años con su padre.
Thalía ha sido invitada por la asociación Nana, con la que también estuvo cuando era, como ella dice, “un moco”, por lo que el reencuentro ha resultado ilusionante. Al final, como ha afirmado, “de todo se sale”, por lo que ha asegurado estar feliz de acudir al centro asociado de la UNED a contar su experiencia.
Actualmente hace trabajos temporales como office en eventos o como vigilante, pero su pasión es el maquillaje, para lo cual estudió dos años en Madrid. También tiene un diploma en hostelería.
A Madrid precisamente es adonde le gustaría regresar. Cuenta que no se ve para siempre en Melilla, porque su familia la rechaza y el hecho de estar aquí sólo crea problemas. Por tanto, prefiere, dice, volver de vacaciones a una ciudad que le encanta y donde aún viven tanto sus padres como sus hermanos, aunque la mayoría de su familia esté en Marruecos.
Thalía ha estado acompañada por la presidenta de la asociación Nana, Natalia Díaz, quien ha contado su experiencia en una conferencia titulada ‘Diversidad sexual entre menores tutelados’. En ella, ha lamentado que, cuando la gente encuentra alguna diferencia respecto a lo habitual, tiende a “etiquetar” por lo que estas personas no se sienten con la libertad de poder expresar quiénes son o, en caso de que se atrevan, siempre estarán “señaladas”.
En este sentido, Díaz ha elogiado la “valentía de Thalía” por atreverse a contar en primera persona su historia, algo que “siempre es muy duro”.
Díaz ha recordado cuando Thalía estuvo en la asociación participando en sus talleres y, de hecho, han proyectado un vídeo sobre esa experiencia que será difundido en los institutos y los entornos universitarios. La presidenta de Nana se ha congratulado de la invitación de la UNED a Thalía, porque mejor que ella cuente la historia es escuchar a los menores contarlas. “Son ellos los que tienen que poner voz a esas historias y contarnos qué han pasado”, ha añadido.
La presidenta de la asociación ha agradecido también que la UNED realice este tipo de seminarios y que les permitan participar en él, porque, después de 12 años trabajando en los centros de protección con los niños, un entorno universitario es “un lujo” para trasladar su experiencia.
Por su parte, la directora del curso, Marisa Escámez, ha resaltado que en este seminario se tocan asuntos que no se vieron en la edición anterior y ha puesto el foco en la importancia de la diversidad, no sólo sexual, sino en todo lo que rodea a los menores extranjeros no acompañados.
A continuación, han intervenido el presidente de Amlega, Rafael Calatrava, para tratar ‘La realidad de la comunidad inmigrante LGTBIQ+ en la ciudad’, y el coronel de la Guardia Civil, Arturo Ortega, quien ha hablado de los ‘Ex-Mena y seguridad. El caso de Melilla’.
Para Escámez, ha sido “un lujo” contar con Thalía y su testimonio; con Rafael Calatrava, porque “trabaja con un grupo de personas que permanecen invisibles”; y con Ortega para tratar todo lo relacionado con la seguridad.
El seminario continuará el jueves y el viernes y la directora ha querido agradecer la disposición de todos los participantes y el tratamiento que le dispensan la UNED en general y su director, Ángel Castro, en particular.
Más niños que niñas
Tanto Díaz como Escámez han sido preguntadas sobre si hay mucha diferencia entre un menor y una menor no acompañados. La primera no siente que haya demasiadas, aunque cree que habría que preguntárselo a los niños. Lo que sí ha dicho es que tradicionalmente en Melilla el número de niños menores tutelados por la Ciudad Autónoma ha sido “muchísimo mayor” que el de niñas, aunque se ha ido equilibrando desde 2020. Para concluir, ha abogado por trabajar para que todos tengan las mismas oportunidades y por dejar que ellos se expresen.
Mientras tanto, Escámez ha subrayado que, al hablar de un menor no acompañado, la gente suele pensar en un niño. Es verdad que hay más niños que niñas. Según los datos que le ha proporcionado recientemente la Consejería de Políticas Sociales y Salud Pública comandada por Randa Mohamed, en el Centro Asistencial hay 25 niñas de un total de 137 menores.
Por último, la profesora de la UNED ha adelantado parte del contenido de su conferencia del viernes, sobre los menas en Melilla y las tendencias de futuro y el tránsito que ha habido desde la pandemia -cuando podían llegar hasta 100 niños en un día- hasta ahora, cuando se reciben alrededor de 20 en un año.
Escámez achaca este hecho a dos motivos. Por un lado, a que ha cambiado todo mucho desde la pandemia, y también en este ámbito. Por el otro, al más estricto control que hay ahora en la frontera y a que han cambiado los modos de tránsito y hay niños que encuentran un camino más sencillo para llegar a España embarcando en un puerto marroquí que hacerlo a través de Melilla.