Se enfrenta a una condena de dos años y nueve meses de cárcel y a una multa de 540 euros
El fiscal reclama dos años y nueve meses de cárcel para el acusado de un robo con violencia y de otro delito leve de lesiones, por el que pide una multa de 540 euros. Según se recoge en el escrito acusatorio, el procesado actuó en compañía de otro individuo para robar un teléfono móvil. Mientras el otro hombre agarró del cuello a la víctima, el encausado sustrajo el dispositivo del bolsillo del perjudicado.
Estos hechos fueron llevados ayer ante el tribunal del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. Según la denuncia, tuvieron lugar en la madrugada del 7 de agosto de 2015 en el polígono industrial Sepes. El procesado, sin embargo, negó tener relación alguna con el robo. “Yo estaba durmiendo en mi casa”, sostuvo.
Lo compró en la calle
La Policía Local lo detuvo al día siguiente en el Puerto Noray por estar en posesión del teléfono sustraído. El encausado explicó en el juicio que compró el móvil “en la calle”, aunque no recordaba a quién. En este punto incidió en que, de haber sabido que era robado, nunca lo habría adquirido.
El denunciante prestó declaración a través de una videoconferencia. Según relató, la noche de los hechos estaba de botellón en el polígono. Se encontraba junto a un amigo cuando el encausado se acercó a ellos para pedirles bebida. Entonces, cogió la botella con alcohol, con la que estuvo “jugando”. “Cuando le pedí que nos la devolviera me tiró un cubata encima”, sostuvo.
“No podía respirar”
Continuó contando que luego dio inicio un forcejeo, puesto que el procesado trató de introducir las manos en los bolsillos del perjudicado, en los que tenía el móvil y la cartera. Entonces, un tercer individuo apareció y lo agarró del cuello.
“No podía respirar y tuve que quitarme las manos de los bolsillos para intentar retirar las manos del otro de mi cuello”, explicó. Aprovechando la situación, el acusado sustrajo el teléfono y la cartera, declaró la víctima en el juicio.
El denunciante reconoció en comisaría al procesado mediante fotografías en la misma noche de los hechos. Ayer volvió a identificar en la vista al procesado como el autor del robo con fuerza.
Como aclaró, pudo recuperar el teléfono, aunque no la cartera. Por otro lado, reclamó una indemnización por las lesiones que el encausado le causó en el brazo. “Me hizo un moratón que flipas” durante el forcejeo, aseguró.
Fotografías en el móvil
La noche siguiente, la Policía Local detuvo al procesado por ir indocumentado. Según explicó ayer un agente, él y su compañero se percataron de que, al desbloquear el teléfono que el acusado tenía, aparecía una fotografía de familia cristiana, que no se correspondía etnográficamente con el encausado. Los policías vieron las fotografías del teléfono, entre las que estaba la imagen de un carnét.
“Preguntamos en sala si alguien con ese nombre había denunciado un robo y nos lo confirmaron”, explicó. Siguió contando el agente que el acusado les aseguró que compró el móvil “hace tiempo”.
El letrado de la defensa reclamó la absolución de su representado al considerar que los hechos no habían quedados acreditados. El magistrado decidirá.