“Esto es muy sencillo. Cuando en cualquier organización, como en este caso nuestro partido político, hay una serie de diferencias de opinión en la parte de dirección local del partido y muchas veces te están invitando a marcharte, pues lo mejor que puede hacer uno es plegar velas y darse la vuelta”.
Quien se expresa de esta manera es Rafael Ginel, que presentó el miércoles, antes de que comenzara el comité ejecutivo, su dimisión como vicepresidente y resto de cargos orgánicos de Vox Melilla.
Ginel no ve muy clara “la deriva que va a llevar localmente el partido”, especialmente porque deja caer que no se acepta a quien discrepe del líder, en este caso el presidente del partido en la ciudad autónoma, José Miguel Tasende. “En cuanto hay una pequeña voz divergente, ya sabes que estás marcado dentro de las líneas que no se pueden pisar y que van a hacer lo posible para que te aburras y te vayas”, manifiesta con pesar.
El ya ex vicepresidente del partido, quien también ha anunciado su dimisión en su cuenta de X –antes Twitter-, asegura que, con su marcha, ha querido evitar que se ponga “en un brete” al comité ejecutivo del partido este viernes, cuando tendría que decidir sobre algunos cambios en la ejecutiva, así que, antes de llegar a esa situación, pensó que por él no iban a ser las “divergencias” que pudiera haber.
Ginel continúa de momento en el partido, del que es militante desde 2018 y desde cuya cúpula nacional le han pedido que no se marche.
Además, reconoce que, “en el fondo”, Vox sigue siendo el mismo partido en el que él confió en un principio y apunta que el hecho de que se produzcan cambios en las personas que lo dirigen en Melilla no tiene por qué influirle en lo que es Vox a nivel nacional.