En un contexto educativo marcado por la búsqueda de salidas laborales claras y eficaces, el centro Reina Victoria Eugenia de Melilla ha logrado posicionarse como una de las instituciones más sólidas en el ámbito de la Formación Profesional. Al frente se encuentra Pedro Cortés, un director que ha sabido combinar la gestión educativa con una visión práctica y realista del mercado laboral.
Y es que, Cortés entiende bien la importancia de comunicar con claridad, pero también de actuar con firmeza. Bajo su liderazgo, el centro ha ampliado su oferta formativa, ha integrado modalidades online para responder a la alta demanda y ha reforzado su compromiso con la inserción laboral. No se trata solo de formar, sino de preparar para un futuro real. Y los datos lo avalan: más del 60% del alumnado consigue empleo tras completar su ciclo formativo.
Uno de los aspectos más destacados es el modelo de acceso a la universidad que ofrece a sus estudiantes de Grado Superior. Estos se presentan únicamente a la parte específica de la EBAU, lo que permite una transición más directa y enfocada a los estudios superiores. "Es una fórmula que demuestra que la Formación Profesional no es una vía secundaria, sino una alternativa plenamente válida que abre puertas, tanto al empleo como a la universidad", asegura
Ciclos como enfermería, laboratorio clínico o emergencias sanitarias cuentan con una demanda creciente, y el centro ha respondido con grupos ampliados y opciones flexibles. Todo esto sin perder calidad ni cercanía, dos señas de identidad que definen su proyecto educativo.
Pedro Cortés ha sabido leer el momento y adaptar el Centro a las necesidades de una generación que busca formación útil, concreta y con salidas. Mientras otros esperan a que se abran nuevas bolsas de trabajo, desde el Reina Victoria Eugenia se forman profesionales que no solo encuentran empleo, sino que también siguen creciendo académica y profesionalmente.
En tiempos donde se cuestiona la eficacia del sistema educativo, ejemplos como este muestran que con liderazgo claro, compromiso docente y orientación al futuro, sí es posible construir una educación que responda a la realidad.