El senador del PP por Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu (PP), ha valorado como un “cambio radical” la reciente resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que prolonga por un año la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO) y en la que, por primera vez, se menciona el plan de autonomía marroquí como “la solución más factible” al conflicto. En su análisis, Otazu sostiene que este paso afianza a Marruecos como el aliado estratégico de Estados Unidos en la región, dentro del marco de los Acuerdos de Abraham y el nuevo equilibrio geopolítico en el norte de África.
“Este respaldo supone una consolidación de la posición de Marruecos como socio preferente de Estados Unidos”, afirmó el senador popular en declaraciones recogidas por El Faro de Melilla. Según el parlamentario, este giro en la postura de la ONU confirma una tendencia iniciada en 2022, cuando el Gobierno español, a través de una carta del presidente Pedro Sánchez al rey Mohamed VI, respaldó públicamente el plan de autonomía marroquí, lo que supuso un quiebre con la tradicional política de neutralidad mantenida por España en el conflicto saharaui.
La resolución del pasado 31 de octubre fue adoptada con 11 votos a favor y tres abstenciones (Rusia, China y Pakistán), mientras Argelia se ausentó como forma de protesta. El Gobierno argelino criticó duramente la medida, al considerar que altera la posición histórica de la ONU respecto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, al que considera sujeto legítimo del proceso de descolonización pendiente desde 1975.
Otazu subrayó que, a diferencia de Argelia, España no debería verse afectada por este nuevo posicionamiento, ya que “ya había producido el cambio en esta postura con respecto a la descolonización del Sáhara” en 2022. No obstante, sí cree que el Ejecutivo español debe realizar gestos que permitan mantener su estatus como socio clave de Estados Unidos en el sudoeste europeo. Recordó que España mantiene bases militares en el sur de la península que refuerzan su papel como aliado estratégico en la arquitectura defensiva de la OTAN.
En ese sentido, advirtió que el Gobierno debería “suavizar” ciertas posturas mantenidas en relación con Estados Unidos, entre ellas el tono en torno al incremento del gasto en defensa, la polémica sobre la contratación de tecnología china y la postura respecto al conflicto en Oriente Medio, especialmente en relación con Israel. También señaló que las tensiones acumuladas con la administración Trump podrían dificultar el equilibrio estratégico de España en el contexto euroatlántico.
Mientras el Gobierno español ha optado por un discurso de continuidad y ha evitado valorar públicamente la resolución de la ONU, el respaldo tácito al plan de autonomía ha generado una ola de críticas desde el Frente Polisario, que denunció la medida como una “traición” al derecho del pueblo saharaui. En palabras del presidente del Gobierno saharaui, Brahim Gali, recogidas también por este diario, la ONU “no ha aprobado” formalmente la autonomía marroquí, sino que ha aceptado mencionarla como una opción, lo que en su opinión no implica respaldo ni legal ni político.
La resolución también ha reavivado el malestar interno dentro del propio Gobierno español, especialmente en sectores del PSOE y entre sus socios parlamentarios, por el apoyo al plan marroquí sin consenso interno ni diálogo con el Parlamento. Diversas voces han vuelto a cuestionar si este alineamiento responde a una estrategia diplomática sostenible o si, por el contrario, hipoteca la tradicional neutralidad de España en un conflicto aún no resuelto.
En Melilla, donde la estabilidad de las relaciones con Marruecos tiene una importancia geoestratégica inmediata, las implicaciones de esta resolución también generan inquietud. Otazu, como representante del Senado por la ciudad autónoma, considera que la política exterior debe estar orientada no solo a preservar los intereses nacionales, sino también a garantizar la seguridad y la proyección internacional de territorios fronterizos como Ceuta y Melilla, cuya vecindad con el reino alauí les sitúa en una posición especialmente delicada.
“Conviene suavizar ciertas declaraciones y reforzar nuestra posición con EE. UU. para no perder nuestro papel como aliado preferente en Europa”, concluyó el senador.









¿Cómo es posible que un general sea cómplice de tanta desfachatez, nepotismo y mentira del imbrodismo en Melilla?