El informe ‘Identidad, economía y estrategia: Un nuevo relato para Ceuta y Melilla’, publicado el mes pasado por el Observatorio de Ceuta y Melilla, ya está obteniendo réditos.
Una de las participantes en ese informe, la economista ceutí Sony Vashdev, participó, el pasado día 15 de julio, en una reunión en Ceuta en la que propuso que el barrio de El Príncipe se podría regenerar como un barrio turístico siguiendo el ejemplo de Busan, la segunda ciudad más grande de Corea del Sur detrás de Seúl, una localidad muy turística, de playa, donde había un barrio un poco marginal que ahora ha cambiado mucho.
En declaraciones a El Faro, Vashdev indicó que estuvo en octubre en Busan y que el barrio, que ahora “tiene un montón de cosas”, cuenta con casas de colores en una colina con muchos callejones que le recuerda a Ceuta. Incluso hay una escultura de un príncipe y todo ello le dio la idea de implementar este modelo de cambio en El Príncipe de la ciudad caballa.
La economista reconoce que algunas personas de las que pasan por Ceuta se acercan a ver el barrio, aunque no todas, “porque es un barrio marginal y te da un poco de cosa”. Y, aunque hay “mucha leyenda urbana”, admite que ciertamente “pasan cosas, pero como te puede pasar en la Gran Vía de Madrid o en el Paseo del Revellín en Ceuta.
El barrio de Busan, donde vivía gente trabajadora, se regeneró después de la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur a mediados del siglo pasado, que dejó allí a mucha población marginal y en exclusión social. Ella llegó al barrio sin tener conocimiento de nada y vio algo “muy turístico”.
Ahora, en Ceuta, un grupo de activistas planteó regenerar El Príncipe. Ella recogió la propuesta y “cayó muy bien”. El Faro de Ceuta publicó un artículo preguntando si podría convertirse el barrio de El Príncipe en un atractivo turístico que creó un gran debate entre la sociedad ceutí.
Existe, cuenta Vashdev, un grupo de gente con ganas de trabajar en ese barrio, como la AV El Príncipe y otras que trabajan allí, que, aunque se han llevado a cabo proyectos e invertido fondos europeos, no termina de despegar. Y es que, como señala, por mucha formación que hagas y dinero que pongas, al final hay que mentalizar a la gente del barrio de que son ellos quienes tienen que salir adelante y crear empresas, porque, si no, es difícil crear empleo, sobre todo para los autónomos, quienes tienen más difícil ser contratados por la Administración.
Como asesora de empresas que es, la economista recuerda que hace años le llegó un matrimonio joven que quería abrir una hamburguesería en El Príncipe. Tenían el local visto ya, fueron a verla para asesorarse y, al final, se echaron atrás porque no les parecía seguro. Vashdev remarca que eran musulmanes y, aun así, no lo vieron claro, porque vieron que no había apoyo, tampoco por parte de la Administración.
Con todo, la economista admite que el barrio sí cuenta con ciertos servicios básicos -como una tienda de ultramarinos, una farmacia y un estanco- que siguen funcionando. Ella ha oído hablar de una señora que tiene una tienda de ultramarinos y su hija es una de las maquilladoras más famosas en bodas marroquíes. Esta chica, del barrio de El Príncipe, empezó a hacer sesiones de maquillaje durante la pandemia.
La ayuda de la Ciudad
Vashdev explica que todavía no han hablado con la Ciudad Autónoma de Ceuta, porque quieren plantearlo de manera diferente a lo habitual. Normalmente, a la gente se le ocurre un proyecto y va a la Ciudad en busca de ayuda, pero en este caso lo que quieren es contar con la gente y que el proyecto, si sale adelante, se deba a la voluntad de la sociedad civil.
De hecho, cuando salió publicado el artículo en El Faro de Ceuta, hubo gente que tildó a Vashdev, de manera peyorativa, tal como ella cuenta, de “experta en subvenciones” y cosas así, lo cual ella atribuye a que la gente está acostumbrada a que para cualquier proyecto tenga la Administración que dar una ayuda o una subvención.
La economista forma parte de BPW-Ceuta, de mujeres empresarias, muchas de las cuales han aportado propuestas. Una de ellas, por ejemplo, es artista y hace murales urbanos, por lo que a la reunión del día 15 invitó al director de la Escuela de Arte de Ceuta, Francisco Ruiz, quien le confirmó que tienen estudiantes, algunos de ellos de El Príncipe, y que podría hablar con ellos para ver de qué forma pueden colaborar.
En el club de lectura también cayó positivamente la idea de reflotar el barrio y convertirlo en un reclamo turístico, así como entre algunos psicólogos o una señora que fue durante 30 años maestra en un colegio del barrio. De lo que se trata, al final, es de organizar a personas que, aunque no tengan nada que ver entre sí, puedan creer en el proyecto.
Vashdev critica la dejadez de la Ciudad Autónoma con el barrio, ya que no hizo caso de un proyecto anterior que se le presentó y no protege Bienes de Interés Cultural (BIC) que hay allí, como un fortín. Hace poco tiempo la economista se enteró de que se han gastado bastante dinero en rehabilitarlo y sigue estando en malas condiciones.
“Hasta a los empresarios se los han cargado”, reprocha, en el sentido de que les han acostumbrado a depender de la Ciudad Autónoma para no tener iniciativa propia y arriesgarse a emprender. A esta experta lo que le enseñaron en la universidad es que es el empresario quien asume el riesgo y va con todo lo que tiene, ya sea capital o trabajo.
Todo esto, a Vashdev, le da “pena”, porque piensa que “hay un montón de gente con muchísimo talento y ganas y hay muchísimas herramientas”, pero el problema es que “la gente no sabe poner la máquina en marcha”. “La máquina no está en manos del Estado. Estamos muy equivocados”, anota en este punto.
El proyecto en la Cañada de Hidum
El próximo paso de este grupo, viendo que hay gente dispuesta a aportar ideas y trabajo, es hacer una segunda reunión -quizás con profesionales y empresarios-. Sólo cuando la ruta esté claramente marcada y sepan exactamente qué es lo que necesitan, se sentarán con el Gobierno caballa por si se decide a ayudar.
De hecho, Vashdev está en contacto con otra de las autoras del informe, la presidenta de Activas-Charter100, Nayat Mohamed, quien quiere ponerla en contacto con una chica de la Cañada de Hidum, adonde ambas consideran que sería “interesante” trasladar el proyecto.
De esa manera, se reforzaría, cree la empresaria melillense, lo que anunció el consejero de Fomento, Miguel Marín, sobre realizar inversiones en la Cañada de Hidum.
Mohamed cuenta que, cuando le pregunta a alguien dónde vive y éste le responde en la Cañada, le pide que no lo mire “raro”, que es una persona normal y con estudios y que las nuevas generaciones del barrio no son como antes. “No todo el mundo allí es drogadicto ni narcotraficante y la gente quiere que se le reconozca como melillense, como en cualquier otro barrio”, esgrime.
La presidenta de Activas piensa que, sin duda, el proyecto de El Príncipe en Ceuta se podría extrapolar a Melilla y, siguiendo el ejemplo de Busan, se podría “dar la vuelta” tanto la Cañada como otros barrios, como Barrio Cuerno, implicando a los vecinos de esos barrios para arreglar sus calles y adecentar sus cafeterías.
Mohamed aboga precisamente por usar esas cafeterías en un barrio donde se mantienen las tradiciones para hacerlas de interés turístico: por ejemplo, tomar el té en una cafetería típica mediante la inversión en zonas de ocio de esos barrios. Desde su prisma, no sólo se beneficiarían quienes viven allí, sino que ayudaría a “que a la gente no le dé miedo visitar esos sitios, que son Melilla también”.
De lo que se trata, en definitiva, resume Mohamed, es de que los vecinos de esos barrios sepan “que se les tiene en cuenta y que hay gente que no quiere que sean discriminados”.










Me parece una idea genial, al tiempo que me cabe la duda de si será el chiste del día, en cualquier caso, ánimo, a todos los que lo intente, ya que todo es posible. ¡ÁNIMO Y ADELANTE!