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Messor barbarus: Un mundo de hormigas bajo nuestros pies





Cuando hablamos de sociedades organizadas siempre ponemos al ser humano como ejemplo, pero bajo nuestros pies habita una de las comunidades vivas más complejas y fascinantes, superándonos con creces en estructura social, hablamos de las hormigas. Un estudio revela que en el mundo existen un total aproximado de cien billones de hormigas, lo que en peso supondría el equivalente a 645 millones de personas, algo nada desdeñable hablando de un insecto de pocos centímetros de tamaño. Las encontramos en cada rincón de la tierra a excepción del Ártico y la Antártida, pero hoy nos vamos a centrar en una de las especies (existen más de 10.000) más cotidianas de nuestra ciudad, la Messor barbarus.

Hormiga “cortagranos”, su estructura y morfología

Una de las denominaciones que recibe esta especie de hormiga es la de 'cortagranos', debido a que hablamos de un insecto cuya alimentación se basa, en mayor medida, en semillas y diferentes tipos de granos que son recolectados y llevados a sus grandes hormigueros, donde se almacenan por tamaño, con mucha precisión, para ser consumidos por toda la colonia. Esta tarea requiere de diferentes y bien diferenciados trabajos en el hormiguero, algo que las hormigas tienen muy bien definido desde su nacimiento, pero empecemos por ahí: ¿cómo se forma un hormiguero? En esta especie todo comienza con la pieza más importante de toda colonia de hormigas, la reina, que tras nacer como princesa alada en un hormiguero ya maduro, aprovechando las lluvias otoñales, sale con otras cientos de congéneres en los llamados 'vuelos nupciales' a la búsqueda de un macho que la fecunde, siendo la única función de estos, que mueren tras la cópula. Ya fecundada la princesa se quita las alas y pasa a considerarse reina, escondiéndose en cualquier agujero para protegerse mientras su pequeño cuerpo, de 1,3 cm de máximo, se prepara para su única e importantísima misión, engendrar a lo largo de los 30 años que puede vivir decenas de miles de hormigas que conformaran una sociedad capaz de transformar su entorno. A las pocas semanas empiezan a nacer las primeras hormigas, y aquí cabe destacar que esta especie tiene diferentes castas, es decir, hormigas con características específicas pensadas en la realización de una misión concreta. Las primeras en nacer son las 'nurses', las más pequeñas y delicadas, dotadas de crecimiento acelerado y cuya misión es la de cuidar y proteger a la reina, así como mantener los primeros huevos de sus hermanas; después aparecerán las 'minor', obreras de pequeño tamaño que realizan funciones básicas de construcción de galerías para el hormiguero y recolección de comida, además de los cuidados propios de la reina; cuando la colonia va creciendo, las hormigas que nacen son más grandes, apareciendo las obreras medianas y, por último, las 'major', que son aquellas hormigas cabezonas y de aspecto amenazante que siempre hemos llamado erróneamente “soldados”, aunque se trate de obreras mayores. Su función va desde la protección y recolección, hasta ser las encargadas de machacar los alimentos, realizando el conocido como 'pan de hormiga', una pasta de semillas que sirve de alimento a toda la colonia. Durante sus vidas construirán un inmenso hormiguero bajo la tierra, con cámaras especiales para cada función, desde la estancia de la reina hasta graneros donde acumular las semillas, guarderías con las preciadas larvas cuidadas y alimentadas por sus hermanas mayores o incluso vertederos externos donde depositar los desechos que generen. Hablamos de obras de auténtica microingeniería (destacada incluso por escritores como Dostoyevski), trabajando todos los individuos como si fueran un solo superorganismo, convirtiéndose en uno de los seres vivos más eficientes y exitosos del planeta.

La mirmecología aficionada. Criar hormigas como pasatiempo

La fascinación que despiertan estos animales en sus quehaceres diarios ha desembocado en una de las aficiones más crecientes del momento, la crianza de hormigas. Hablamos de algo que se puede asemejar a la acuariofília (las peceras de toda la vida), pues se trata de conseguir un hormiguero artificial de metacrilato (hoy en día hay infinidad de tiendas especializadas en el tema), donde generar las condiciones óptimas para mantener una especie concreta de hormiga, viendo a través de sus paredes plásticas el crecimiento de la misma y sus diferentes labores. Además del nacimiento de estas tiendas, en plataformas como YouTube podemos encontrar muchísimos canales dedicados a esta práctica, algunos tan exitosos como 'El mundo de las hormigas' un canal español regentado por David que cuenta ya con más de 1,32 millones de suscriptores. Estos hormigueros artificiales constan de un nido con diferentes cámaras donde observar lo que normalmente está fuera de nuestra vista, la vida íntima de las hormigas. Para hacerlo sin molestar y que las hormigas se crean “bajo tierra”, se suele utilizar una tapa traslucida de acetato rojo, que nos permite ver el interior pero no incordiar a los insectos con la luz, ya que ellas son incapaces de ver el espectro luminoso de este color. Además tienen que tener acceso a su “mundo exterior”, que en este caso será una caja transparente y cerrada llamada “zona de forrajeo”, donde las hormigas recolectarán las semillas, cazarán los insectos o se nutrirán de agua y líquidos dulces, todo esto por supuesto suministrado por nosotros. Es muy entretenido ver como transportan las semillas o despiezan a su presa, así como poder ser testigos de la trofalaxia, un método por el cual una hormiga acumula agua o cualquier alimento en el llamado “estomago social”, y posteriormente lo comparte con otro individuo por medio del boca a boca. Estos hormigueros requieren de cuidados que van desde suministrar los alimentos adecuados a las hormigas y realizar limpiezas asiduamente para deshacerse de sus residuos, hasta controlar con cuidado la humedad de los mismos, pues cada especie tiene unos requerimientos concretos y estos deben satisfacerse para el correcto crecimiento de la colonia. Un apunte importante entre los mirmecólogos aficionados es el tema del expolio de hormigas y su venta, y es que la creciente moda de criar hormigas en casa ha llevado a que algunos individuos se dediquen a destruir hormigueros en la naturaleza para quedarse con la reina con el fin de criarla o incluso venderla, algo que vulnera el buen hacer de esta práctica. Para fundar tu colonia hay muchas tiendas especializadas que te venderán un hormiguero adecuado y te donarán, sin precio alguno, una reina o minicolonia criada en cautividad, evitando el mercadeo de las mismas.

Melilla, ciudad de hormigas

En muchas ocasiones he destacado la importancia de nuestra ciudad en temas relacionados con la biodiversidad y las peculiaridades de estar en el continente africano, y en este caso no iba a ser menos, pues ciertos endemismos de importancia para España solo pueden verse en nuestra costa. Una de las especies melillenses más emblemáticas y desconocidas son las Camponotus erigens, una hormiga de gran tamaño (su reina se acerca a los 2 cm.) y que se nutre casi exclusivamente de líquidos dulces, de color negro con tonos de un anaranjado ladrillo, hablamos de una de las especies más demandados por criadores de la península, dado que allí no se encuentra. Pero la palma en cuanto a rareza local se la lleva la llamada “hormiga Drácula”, un himenóptero de la especie Leptanilla que ya en 2019 trajo a nuestra ciudad al mirmecólogo e investigador José María Gómez Durán para estudiarla; hablamos de una de las especies de hormigas más antiguas que se conocen y reciben el apelativo de “Drácula” porque se alimentan de la hemolinfa de sus larvas (sin causarles ningún daño). Sin embargo las protagonistas de hoy son bastante más populares, pudiendo encontrarlas en España, el sur de Francia, Italia y el norte de África, siendo además muy conocidas por sus multitudinarios vuelos nupciales, además de ser comunes en nuestros parques y zonas naturales. Se trata también de la especie más usual en la crianza de hormigas, sobre todo por novatos en la materia, ya que requiere de pocos cuidados y son muy vistosas. Sin duda debemos valorar ese mundo en miniatura que se desarrolla bajo nuestros pies, de una complejidad, belleza e importancia máxima, y que muchas veces desdeñamos. Quiero acabar parafraseando al etólogo Karl von Frisch que con mucha razón dijo: “La hormiga es un animal colectivamente inteligente e individualmente tonto; el hombre es lo contrario”. Francisco J. Pérez Ruiz
Mirmecólogo y Coordinador de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) en Melilla

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