Los empresarios melillenses están hartos y cansados de la incertidumbre en la que se mueve el futuro económico de la ciudad. El líder de la patronal, Enrique Alcoba, le ha puesto voz a la frustración que les causa a todos ellos comprobar que ninguno de los compromisos adquiridos por el Gobierno de Sánchez se materializa y da certidumbres concretas para saber cómo manejar sus negocios. Y la lista que pone Alcoba sobre la mesa es realmente preocupante.
A modo de ejemplo, ahí está el asunto de la bonificación del 50% de la Seguridad Social, que inicialmente se acabaría en 2026 según ha afirmado ya el Ejecutivo del PSOE. ¿Cuál va a ser la postura que se adopte? ¿Continuará la norma a modo de prórroga, se eliminará definitivamente, volverá a ser como en 2004? No hay dato alguno al respecto aún cuando se trata de una de las joyas el especial régimen fiscal que disfruta Melilla.
No se olvida Alcoba de las relaciones con Marruecos y la falta de un contexto de "respeto mutuo" que garantice dos cuestiones que los empresarios consideran fundamentales. Por un lado, el funcionamiento normal de la aduana comercial en los mismos términos en que venía haciéndolo hasta que Rabat decidió unilateralmente su cierre en 2018; por el otro, la imposibilidad de establecer un régimen de viajeros que permita dar un respiro a los comercios locales puesto que los marroquíes no permiten el paso a su territorio ni de un yogur.
Otro de los puntos abordados por el presidente de la CEME es la falta de inversión estatal. En ese sentido, se pregunta, como muchos melillenses, dónde están los 357 millones que supuestamente se iban a destinar a Melilla hasta 2026 para financiar un plan estratégico integral presentado a bombo y platillo por la entonces ministra de Política Territorial y hoy de Vivienda, Isabel Rodríguez, pero que ha quedado en nada.
El origen de algunos de estos problemas, dice Alcoba, es que no hay Presupuestos Generales del Estado (PGE) desde 2023, a pesar de que su presentación ante las Cortes Generales es un mandato constitucional que este presidente Sánchez se salta a la torera sin rubor alguno. El actual Gobierno solo ha aprobado tres PGE en siete años, una situación alarmante porque implica que no llega dinero del Estado para el desarrollo de políticas dirigidas a la reconversión económica de la ciudad.
La consecuencia de todo esto es un sector empresarial cansado de tanto abandono, aburrido de ver cómo sus cuentas con una flecha hacia abajo a pesar de los esfuerzos, desencantado y que sobrevive porque no le queda más remedio para poder tener un sueldo en casa.








