Desde hace unos meses, voy con regularidad al centro de salud de mi zona y para que me asistan el mismo día necesito ir a eso de las siete, siete y media de la mañana. Cojo la “vez”. Y a las ocho en punto de la mañana; hora a la que se abre, paso de los primeros y me dan la cita para que posibilita que me atiendan una hora o dos más tarde.
En este tiempo de espera, mis recuerdos suelen viajar a mi infancia, cuando estando enfermos iban los médicos de visita a nuestros hogares con aquellos clásicos maletines que se abrían como monederos antiguos y los médicos en su visita nos auscultaban, nos hablaban con mucha amabilidad, etc, etc. Llegaron a llamarse “médicos de familia”. Si había que ponernos un pinchazo o hacernos una cura, el practicante iba también a las casas a ver a los pacientes.
Ahora, hemos avanzado y por eso estando enfermo uno tiene que ir a la puerta del centro de salud sobre las siete y media de la mañana para que el médico lo reconozca y le tome la temperatura y el practicante le haga una cura; “cosas de la modernidad”.
Yo personalmente, no es que no quiera ser moderno, pero sí me gustaría que la Sanidad tuviera un poco más de conciencia; hay que tener más clase y ser moderno con cierta coherencia.
Creo que ya que no hay suficientes médicos en Melilla y con ello me refiero a que no hay los que debería de haber porque nadie quiere venir aquí; todo hay que decirlo y el caso es que Melilla es, desde mi punto de vista, una de las ciudades que tiene mayor calidad de vida en España. Por lo menos, si los guardias de seguridad llegan a dichos centros sobre las siete, siete y cuarto de la mañana, no estaría de más que abrieran el edificio y dejasen pasar al personal enfermo dentro de las salas de espera.
Veo necesario que hubiera un dispensador de números y el familiar del enfermo que quiera, coja el número y se vaya o que el paciente lo coja y se quede sentado dentro esperando.
Digo estas cosas porque a primeras horas de la mañana suele hacer frío en la puerta de los centros de salud y también puede llover, además de que no hay aseos ni asientos. Por lo que si tenemos en cuenta que estas cosas, llegaríamos a la conclusión que estar de plantón unos cuarenta minutos afrontando las inclemencias del tiempo y de las necesidades fisiológicas no debe ser muy bueno para los enfermos.
Desde mi perspectiva, lo más civilizado sería habilitar una fila más de asientos en las salas de espera próximas a las ventanillas donde los funcionarios dispensan las correspondientes citas y que los enfermos esperen su turno dentro de los centros de salud. Tampoco creo que esté pidiendo la luna o algo demasiado costoso.
En la actualidad en la zona centro suele haber una cola de entre cuarenta y setenta pacientes cada mañana y eso no es gran cosa en lo que a espacio y asientos se refiere dentro de un centro de salud. Pero dejar a los enfermos en la calle creo que además de ser una desconsideración hacia la ciudadanía melillense, denota una falta de sensibilidad y educación que no puedo explicar en este artículo.
Gran aplauso por este escrito. El pufsoe cuidando la sanidad pública que dicen que les importa muchísimo y una m de...