Este jueves 12 de junio, a las 19:00 horas, se ha celebrado el acto de clausura del curso académico 2024/2025 del Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) en la sede de Melilla de la Universidad de Granada (UGR). Un evento que, más allá de marcar el cierre de un año académico, ha servido para rendir homenaje a la ilusión, el compromiso y la vitalidad de decenas de personas mayores de 50 años que han vuelto a las aulas para seguir aprendiendo y compartiendo.
El acto ha contado con la presencia del Vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria, Juan Luis Benítez Muñoz, quien destacó la importancia de este programa en el marco de la responsabilidad social de la universidad. “Este curso está pensado no solo como una oportunidad de formación académica, sino como un recurso de acompañamiento, de apoyo al envejecimiento activo. Nace también para combatir la soledad no deseada, generando comunidad, vínculos y nuevos desafíos”, ha explicado el vicerrector.
Benítez ha subrayado que el Aula Permanente va mucho más allá de una oferta educativa convencional. “Muchos de ellos se conocen en este curso y continúan con una relación de amistad, con lo cual el curso va más allá de lo que es el desarrollo cognitivo, sino todo lo que es el desarrollo personal y el desarrollo social de todos los estudiantes que vienen. Eso es lo que te ofrece el curso, que no es poco".
Por su parte, Juan Antonio Maldonado, director del Aula Permanente, ha recordado que este programa lleva ya 31 años de historia, de los cuales 29 se han desarrollado en la sede de Melilla. “Este proyecto comenzó como una forma de ofrecer acceso a la universidad a personas que, por distintas circunstancias, no pudieron estudiar en su juventud. Hoy en día, aunque la realidad ha cambiado y el 67% de nuestros estudiantes son ya titulados universitarios, la motivación sigue siendo la misma: aprender, crecer, aportar valor a la vida”.
El Aula Permanente se dirige exclusivamente a personas mayores de 50 años. “Esa es la única condición. No pedimos más. Aquí se abre la puerta a todos los que, con esa edad, quieran seguir formándose y sintiéndose parte activa de la sociedad”, ha apuntado Maldonado.
La sede de Melilla ofrece un programa académico completamente renovado cada año. Se imparten asignaturas de todas las ramas del saber: ciencias, tecnología, humanidades, ciencias sociales y de la salud. El programa incluye dos asignaturas troncales, cinco complementarias y entre dos y tres optativas especiales, todas impartidas por profesorado de la Universidad de Granada.
“Es un programa muy completo, pero también muy accesible. El coste real del curso asciende a 1.137 euros por persona, pero los estudiantes solo pagan 140 euros gracias a la financiación que obtenemos de la Universidad y de instituciones como la Ciudad Autónoma de Melilla”, ha explicado Maldonado.
La sede de Melilla cuenta con la coordinación de Carmen Enríquez, responsable de organizar la programación y el seguimiento de las actividades. Las clases se imparten de lunes a jueves, de 17:00 a 19:00 horas, en un horario especialmente pensado para facilitar la asistencia.
Durante el acto se hizo entrega de los diplomas de aprovechamiento a los alumnos participantes. Aunque este año no ha habido estudiantes que completaran los tres cursos consecutivos con la entrega de todos los trabajos requeridos (requisito para obtener el diploma de graduación oficial), todos los asistentes recibieron reconocimiento por su participación y dedicación.
“No todos deciden realizar los trabajos y cuestionarios que permiten graduarse, porque no es obligatorio. Algunos vienen simplemente por el placer de aprender y participar. Este año no hemos tenido ningún graduado, pero sí muchas personas que han titulado el curso con éxito. Hace dos años, por ejemplo, sí tuvimos dos graduaciones”, ha explicado el director del Aula.
Entre los asistentes, el ambiente era festivo y lleno de gratitud. Para muchos, el Aula Permanente representa mucho más que una actividad académica. Es un espacio de reencuentro con uno mismo y con los demás, una forma de seguir sintiéndose útil, conectado y despierto. Como suelen decir los propios alumnos: “No queremos añadir años a la vida, sino vida a los años”.
Con este acto, la Universidad de Granada reafirma su compromiso con una educación inclusiva y orientada al bienestar social. Un año más, el Aula Permanente ha demostrado que el conocimiento no tiene edad y que las ganas de aprender pueden mantenerse intactas, sin importar el paso del tiempo.