El consejero de Medio Ambiente recuerda a la ministra Elena Espinosa que apenas se aprovechó la longitud del terreno por culpa de la zona de prácticas militares
No ha tardado en contestar la Ciudad Autónoma a las manifestaciones realizadas el pasado martes por la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Elena Espinosa, durante la inauguración de la playa de Horcas Coloradas. Así, su homólogo a nivel autonómico, Ramón Gavilán, quiso puntualizar las críticas realizadas por la ministra en referencia al primer proyecto desarrollado por el Gobierno local para la zona.
Y es que, en opinión de Gavilán, la ministra sencillamente “manipuló” ciertos puntos durante su intervención, ya que aseguró que tenía “datos modificados a mano en su discurso”. Así, conminó a la máxima responsable del MARM a reconocer el mérito y la labor del Ejecutivo melillense en la obra, ya que ésta no habría sido posible sin la construcción del vertedero de residuos sólidos que hay en la zona, el cual supuso una inversión de 21 millones de euros por parte de la Administración autonómica.
Por otro lado, señaló que el proyecto “no tiene nada de sostenible”, tal y como aseguró Espinosa, pues recordó que sólo hay unos 400 metros de playa aprovechables por culpa de los terrenos de seguridad militar que hay en los aledaños. Al mismo tiempo, apuntó que la Ciudad Autónoma planteó la posibilidad de crear unos accesos desde Aguadú, una idea desechada por el MARM “porque afeaba el impacto visual de la zona”. Sin embargo, Gavilán dudó de que ésta sea mejor con la imagen del vertedero de residuos sólidos como escenario, ya que por allí discurre la carretera de acceso que finalmente se construyó.
En cuanto a las primeras ideas que barajó el Ejecutivo autonómico para la zona, las cuales fueron muy criticadas por Espinosa por el “gran impacto ambiental” que tenían, Gavilán defendió a capa y espada el proyecto, pues puntualizó que éste se modificó en base a recomendaciones del Ministerio, pero que contenía puntos que hubieran permitido un mayor aprovechamiento del litoral. Además, subrayó que la prioridad que tenía el Gobierno melillense era la de limpiar la zona, pues recordó que anteriormente era un basurero.
También se pronunció sobre la ubicación que finalmente ocupa el vertedero de residuos sólidos, pues matizó que ésta fue aprobada por el Gobierno central, al ser imposible construirlo en un lugar alejado de la costa.
Ausencia de servicios
Al hilo de su intervención ante los medios de comunicación, el consejero se pronunció sobre los servicios que aún quedan por implantar en la playa, y que competen al área que dirige. Aunque precisó que la obra debería haber sido inaugurada con la finalización completa de las instalaciones, apuntó que en el menor tiempo posible se llevará a cabo la instalación de los elementos restantes.
Sin embargo, señaló que en algunos aspectos, como el de la implantación de un centro de transformación eléctrica, los trámites son largos, por lo que desconoce cuando se hará efectiva.
De igual modo, precisó que aún restan por instalar aseos, servicios de vigilancia y un colector. “Menos da una piedra”, afirmó Gavilán, “lo que ha hecho el Gobierno, bienvenido sea, ya que los melillenses estábamos ansiosos por tener una playa a mar abierto. Sin embargo, la obra no está finalizada, pese a las milongas de la ministra”.
Por último, reiteró lo anunciado el pasado martes, día de la inauguración, pues será necesario retomar las negociaciones con el Ministerio de Defensa con vistas a ampliar la playa, ya que de su kilómetro de longitud, tan sólo unos 400 metros son aprovechables por culpa de la zona de seguridad militar que hay en el extremo norte de la costa.
En líneas generales, una de cal y otra de arena al proyecto por parte de Gavilán, ya que estimó que la actuación del Gobierno a la hora de hacer pública la apertura no ha sido la correcta, tanto por “no haber reconocido la aportación de la Ciudad Autónoma al proyecto”, como por haber “manipulado” datos de los primeros planes para el litoral melillense.