El ministro defiende la idoneidad de este elemento para proteger la frontera española y no contempla, por el momento, otro método.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reiteró ayer que las concertinas instaladas en las vallas de Melilla y Ceuta representan un método pasivo y no agresivo para controlar las fronteras y defendió su disposición a estudiar posibles alternativas que se le planteen. Tras recibir en Lisboa la Gran Cruz de la Orden del Mérito, Fernández Díaz afirmó que la concertina es un método “adecuado, disuasorio y pasivo” y precisó a continuación que “no es agresivo”.
El ministro recordó que la concertina se comercializa “con naturalidad” y que tanto instituciones públicas como particulares pueden comprarla. “Es difícil entender que un particular pueda comprarse este material para proteger una propiedad privada y que no pueda hacerlo el Estado para controlar intrusiones ilegítimas en su frontera”, dijo.
No obstante, “si se nos plantea una alternativa que permita un control de fronteras frente a los intentos de intrusión ilegal”, el Gobierno español “está dispuesto” a estudiarla. Pero Fernández Díaz dijo que no está a la espera de que se le presente ese posible mecanismo alternativo. “Estamos simplemente en que nosotros mantenemos nuestra posición y quien dice que no es un método adecuado, si nos plantea una alternativa mejor, estaremos dispuestos a estudiarlo”, incidió. Se estudiará, aclaró, siempre que se trate de una alternativa “mejor” que garantice “una obligación irrenunciable para el Estado como es proteger sus fronteras exteriores”.
Con estas declaraciones, el titular de Interior respondió una vez más a los grupos de la oposición que solicitaron al Ejecutivo la retirada de la concertina instalada en las vallas fronterizas con Marruecos para disuadir a los inmigrantes de saltar.
Una frontera “inexpugnable” para los inmigrantes
Por su parte, el secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, también se pronunció ayer sobre la concertina. Afirmó que la intención es “defender la frontera” de España y de la Unión Europea con “la idea de que parezca imposible de penetrar”.
El número dos del Ministerio destacó que la decisión de instalar la concertina en la valla de Melilla ha sido, para el Gobierno central, “tremendamente dura y desagradable”. Martínez recordó que en 2005 se instalaron los alambres con cuchillas en la parte superior de la valla a modo de refuerzo y que, como ésta y otras medidas, se deben ir reforzando de tanto en tanto porque “hay tramos que a ojos de las mafias parecen más vulnerables”.
De todas formas, dijo que la concertina se retiró de la parte superior de la valla de Melilla y ahora únicamente se ha reinstalado en tres kilómetros.
El número dos del Ministerio del Interior también se refirió a la propuesta de los socialistas de utilizar drones en el control fronterizo. “Las aportaciones han de ser constructivas y resolver problemas reales”, zanjó Martínez no sin antes matizar que la forma de abordar el problema de la presión migratoria no es “tanto saber por dónde se puede producir el asalto, sino tener una imagen de la frontera que parezca inexpugnable”.
Por último, el secretario de Estado insistió en que el objetivo no es que los inmigrantes se hagan daño sino, al contrario, “que no salten una valla de siete metros, por mucho que sea algo muy duro y difícil”.