En realidad hoy la cultura ha dejado de existir. El entretenimiento está disfrazado de cultura.
A beber cerveza, comer y otras actividades que nada tienen que ver con la sapiencia, con la búsqueda del conocimiento, con el placer de saber se le llama cultura por parte en primer lugar y así se expone ante todo el público de las autoridades.
Es decir, que no hay cultura.
Tampoco se puede buscar mucho en las universidades ya que en otro tiempo si eran lugares de expresión y búsqueda e investigación pero hoy se han convertido en la búsqueda sólo de puestos de trabajo.
Vivimos en un mundo donde el ser humano está caído y no parece que se vaya a levantar de momento. Hay expresiones de movimiento ante hechos muy graves que están sucediendo pero estamos muy lejos de un cambio real.
La plaza pública y el mundo en general se ha convertido, al igual que los medios, en algo vacío, donde no hay nada. Sólo superficialidad, manipulaciones, dobles estándares y vicios por doquier que ensucian aún más la atmósfera social.
Predominante es el género novelesco siempre con la intención de evadir la conciencia porque no hay novelas que den un mensaje de compromiso
ante un mundo que está derrumbado.
Cervantes desarrolló un género donde sutilmente hacía mención a la valentía humana.
Los valientes hoy prácticamente han dejado de estar.
Muchos de ellos han sido encarcelados y otros continúan encerrados bajo un pretexto para que no hablen. Esto ha sucedido y ocurre hoy en el Occidente de la 'democracia'.
El ser humano no sólo consume y trabaja para consumir más y más sino también siente, crea, construye alternativas de vida, ama, es poeta y artista a la vez.








