El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, aprovechó su comparecencia en el Hotel Melilla Puerto para responder sobre los precios de los billetes, también en la nueva ruta directa Melilla–Valencia prevista del 21 de julio al 27 de agosto de 2026. Fue claro: no habrá una bajada generalizada de tarifas. Según explicó, la compañía aplica desde hace años un sistema de tarifas dinámicas y control de espacio que genera múltiples niveles de precio en función de la demanda, la antelación de compra, el día y la franja, así como de incidencias puntuales como congresos o eventos. La apertura de Valencia, añadió, modulará además los precios en los itinerarios que hoy se hacen vía Madrid o Málaga al desviar parte de esos flujos.
Bertomeu argumentó que no existen parámetros que permitan anunciar rebajas: el combustible subió en torno a un 15 % tras la guerra de Ucrania; el mantenimiento se encareció entre 30 % y 40 %; y la empresa asumió el pasado año una subida salarial del 9 % en un contexto de inflación y tensiones de la cadena de suministro que aún no se han normalizado. A ello se suman incidencias técnicas que encarecen la operación —por ejemplo, impactos de aves frecuentes en Melilla— y que hoy triplican el coste de inmovilizar un avión por la falta de repuestos. “Con este escenario, no puedo decir que vayamos a bajar precios”, zanjó.
Eso no significa, remarcó, que no haya billetes baratos. Al contrario: el sistema ofrece muchas tarifas bajas si se compra con antelación o en vuelos de menor demanda. Incluso aseguró que este año hay más precios bajos que el pasado porque la oferta creció un 6 % y la demanda un 4 %, lo que lleva al algoritmo a liberar más cupos económicos. Pero advirtió: en picos de demanda —como el 1 de agosto o grandes festivales— “no habrá tarifas baratas”, y los casos aislados de precios altos no representan al conjunto. “En aviación existe un ‘efecto Robin Hood’: si no cobras tarifa completa a quien puede y quiere viajar en el pico, no puedes sostener los precios bajos del resto del mercado”, ilustró.
Preguntado por las incidencias operativas, Bertomeu pidió “no crear expectativas irreales”. El objetivo del nuevo plan no es eliminar todos los problemas, sino reducir la mitad gestionable: técnicas y de tripulación. La otra mitad —meteorología o Eurocontrol— escapa al control de la compañía. Por eso, el acuerdo con el Gobierno de Melilla se centra en tres medidas: abrir una oficina permanente de atención en el aeropuerto, atendida por personal propio con cuatro contrataciones locales y conexión directa con operaciones, mantenimiento, planificación y atención al cliente; mantener todo el año un ATR de reserva con base en Málaga, como segundo avión de ‘backup’ para la red ATR, garantizando nueve meses de cobertura adicional no programada en comercial; e incorporar cuatro nuevas tripulaciones técnicas (dos comandantes y dos segundos) para pasar de 18 a 22, con la meta de una tripulación de reserva y otra en imaginaria disponibles cada día. Con ello, dijo, se mitigarán cancelaciones por exceso de actividad o pérdida de ‘slots’ en los últimos saltos de la jornada.
El presidente abordó también la naturaleza de la ayuda pública en Melilla. Recordó que aquí no se subvenciona a la compañía, sino que rige un descuento del 75 % para residentes que recibe directamente el pasajero. Lo diferenció de las Obligaciones de Servicio Público (OSP) donde la Administración compensa el déficit de rutas deficitarias —citó Almería o Extremadura—. “Si quisieran declarar Valencia como OSP y financiar una operación más larga en el año, se podría estudiar; pero en líneas bien cubiertas y con amplia gama de precios, no lo veo necesario”, señaló. A título personal, dijo ser favorable a que el descuento al residente fuese incluso del 90 % o 95 %: “Aquí se pagan impuestos y no hay trenes ni autovías; si la Administración quiere aumentar la ayuda al usuario, bienvenido sea”.
En cuanto a Melair, precisó que se trata de una sociedad mayoritariamente participada por Nostrum, creada para aportar más flota ATR a la red, y que el acuerdo se mantiene: “Forma parte de la arquitectura operativa del grupo”.
Bertomeu encuadró estas aclaraciones en un año de récords: más vuelos y pasajeros, y punta de 50.000 viajeros en agosto. Con la nueva ruta a Valencia y las medidas operativas, confía en mejorar la experiencia del pasajero y contener las incidencias atribuibles a la compañía, sin prometer imposibles ante meteo o restricciones de control aéreo. “Los datos son los que son: hay mucho billete barato y la red funciona mejor; nuestro reto es seguir afinando donde sí podemos actuar”, concluyó.








