EL éxito de la Feria de Melilla depende de muchos parámetros, pero quizá el más importante sea el de la seguridad. Sólo podremos afirmar que el evento ha culminado satisfactoriamente si se ha desarrollado sin que haya habido que lamentar ningún hecho que afecte negativamente a la seguridad. Con este objetivo trabajarán a diario 80 agentes de la Policía Nacional, de la Policía Local y de la Guardia Civil, con el apoyo de los voluntarios de Protección Civil. Estarán pendientes para garantizar que todo se desarrolla con normalidad, sin incidentes que pongan en peligro la integridad de las personas y los bienes. Sin embargo, su esfuerzo no será suficiente si no cuentan con el apoyo del conjunto de los ciudadanos que asistan al real de la Feria. La seguridad es responsabilidad de todos. Por ello, además de seguir en cada momento las indicaciones de estos policías y guardias civiles, todos debemos actuar con sensatez y sentido común en un recinto que a partir del sábado y durante una semana acogerá a un gran número de personas, donde tal vez en momentos puntuales haya aglomeraciones y en el que la paciencia y el civismo deben ser virtudes imprescindibles en los visitantes.
En este sentido, un primer paso para disfrutar de una jornada de diversión en la Feria puede ser optar por desplazarse hasta la plaza de San Lorenzo andando o utilizando el transporte público. Si nos decidimos por hacer uso del taxi o del autobús, además de evitarnos problemas de aparcamiento, estaremos contribuyendo a dar un empujón económico a dos sectores que no atraviesan por sus mejores momentos debido a la crisis y a la peculiar manera que tenemos los melillenses de movernos por nuestra ciudad.
Mañana se encenderá la iluminación de la Feria y empezará una semana de diversión en la que todos los melillenses estamos llamados a participar. En gran medida depende de nosotros que sólo la lluvia pueda aguarnos la fiesta.