El personal sanitario, sobre todo del sector público, sufre en demasiadas ocasiones agresiones físicas en su puesto de trabajo por parte de personas que no están de acuerdo con sus diagnósticos o directamente no admiten que el profesional de turno se niegue a prescribirle aquel medicamento o prueba que pretende obtener. Melilla tiene el vergonzoso honor de estar en el podio de las tres regiones españolas donde más se producen estos atentados, ocupando un tercer lugar que solo mancha la imagen de los melillenses y con el que hay que acabar cuanto antes.
El Colegio de Médicos, el Sindicato Médico y el sector de Sanidad de CSIF han puesto sobre la mesa este problema y han reclamado soluciones de cara a la conmemoración hoy del Día Europeo Contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, una jornada que quiere dejar de manifiesto la necesidad de acabar con esta lacra. Los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad resultan del todo alarmantes: 16.558 agresiones en 2024, la cifra más alta desde que se tienen registros. Sin embargo, CSIF aclara que no todas las agresiones son comunicadas "posiblemente por que piensan que la denuncia no va a servir para nada", señaló el presidente de la Organización Médica Colegial, Tomás Cobo.
Recientemente, en una entrevista radiofónica, un experto en la materia se refería a Internet, y más concretamente a Google, como uno de los peores enemigos de los médicos. La gente se está acostumbrando a buscar la razón de sus síntomas a través de ese medio que en absoluto es fiable. La consecuencia es que quieren que el facultativo en cuestión les confirme un diagnóstico que han obtenido por ese medio y, en consecuencia, piden una serie de pruebas que no se corresponden con la realidad de su estado de salud. En más casos de los que se piensa, la discusión termina en agresión física.
Por eso no es mala idea que el sindicato pida que los sanitarios tengan reconocimiento legal de autoridad, que se endurezcan las penas a los agresores, que se agilicen órdenes de alejamiento y que se lleven a cabo campañas de sensibilización y tolerancia cero ante dichas actitudes, además de un refuerzo de la seguridad en los centros sanitarios, entre otras cuestiones.